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Por Adriana Peñafiel Villafañe, Presidenta del Consejo Regional de Coquimbo

Nuestro país ha iniciado un intenso año de elecciones. A las de alcaldes y concejales se han  sumado dos nuevos cargos que debutarán a partir de 2021: gobernadores  regionales e integrantes de la Convención Constituyente (convencionales). A causa de la pandemia han debido aplazarse las fechas y, cuando sea leída esta columna, ya se han fijado los días en la que nos movilizaremos para cumplir con un mandato histórico en la vida republicana de Chile.  Durante las votaciones que se realizarán en  dos días , los ciudadanos cambiaremos la vida política del territorio nacional. Y por si ello fuera poco, en noviembre tendremos las de presidente, senadores, diputados y consejeros regionales. Sin duda, el año 2021 es el de la gran maratón electoral. En ese marco, el llamado a las urnas para votar por gobernadores regionales y por convencionales resulta inédito por la novedad que entraña.

En el primer caso, se inicia un camino en el que las regiones se irán desprendiendo de las tutelas centralistas y, gradualmente, irán buscando caminos de mayor autonomía para que la descentralización sea una realidad en un país que todo resuelve y dictamina en Santiago. 

En la elecciones de convencionales, resueltas por medio de un plebiscito, serán los encargados de normar y aprobar la nueva constitución que regirá los destinos de nuestra nación. La Convención Constitucional tendrá una conformación inédita con 155 escaños, con paridad de género y con 17 reservados para pueblos originarios.

El debut de autoridades nuevas en un momento de auge del mayor protagonismo femenino, tanto en el mundo como en Chile, lleva a preguntarnos ¿cómo será la presencia de las mujeres en los futuros comicios, tanto de convencionales como de gobernadores regionales?

De acuerdo al estudio realizado por el Observatorio de la Nueva Constitución, el 51%  está formado por mujeres, lo que indica un gran interés por participar en un debate político único en Chile. Si analizamos por áreas de trabajo o desempeño, las candidatas son mayoritariamente estudiantes, profesoras y profesionales de las Ciencias, tanto de la Salud como Sociales, siendo el Derecho la disciplina predominante. Por otro lado, se anticipa una renovación importante ya que el promedio de edad es de 43 años. 

Si nos fijamos en la inscripción por pueblo originario (Mapuches, Aymaras, Diaguitas, Colla, Atacameño, Quechua, Yagán, Kawesqár, Chango y RapaNui), Servel informa que  serían 73 hombres y 15 mujeres.

Y ¿qué sucede en las listas de gobernadores regionales?, ¿en quién recaerá la responsabilidad por la presidencia del consejo regional y la priorización de las inversiones, entre otras estratégicas funciones? Las candidaturas muestran una realidad muy distinta a las de convencionales. En las 16 regiones del país, encontramos 73 hombres y 15 mujeres y, en varias de ellas, no se observan candidaturas femeninas. 

¿Los motivos? La ausencia de mecanismos que promuevan el equilibrio de género.  Entonces ¿qué debemos hacer?, ¿sería conveniente incorporar medidas que permitan disminuir dicha brecha?

La actual coyuntura de la elección de convencionales lo permite. Si analizamos otras constituciones de Europa y de América Latina, se ha llegado a estipular que el Estado debe garantizar en los distintos cargos públicos y políticos la paridad de género en las listas de candidatos. Ese es nuestro camino.