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El Antofagastino y ciudadano Panteón, viste, habla y argumenta como un científico e intelectual. Pero, lejos de ostentar, Rafael, para quienes lo conocen, profesa una delicada paciencia y empatía con los demás. Su rol educador trasunta cada uno de sus gestos y palabras, con una serena y cariñosa profundidad.

Rafael ha aceptado esta conversación. Sí, con algunas dudas, quizás pudor, o sólo incertidumbre de quién podría oírla y sacar una conclusión apresurada o equivocada sobre aquellas “cosas” que no se hablan ni explican en pocos minutos.

Solicité una entrevista sobre ¿Por qué conversamos de lo que conversamos? Sinceramente, porque lo que he ido aprendiendo en la vida, es que, si bien creemos que hablamos con una perfecta lucidez y libertad, la verdad es que somos hijos de nuestra biología, contexto histórico y otros aspectos, que Panteón se encarga de ilustrar en este diálogo (Con sabor a continuará…).

En esta conversación con Rafael, abordamos el origen de qué es conversar y cómo sucedió en nuestra evolución. Hablamos del escuchar, del debate, del cuidar, del persuadir y de la danza del conversar. Y lo más importante, dialogamos sobre esas conversaciones que abren y cierran posibilidades.

Acá una breve agenda de la entrevista:

·      ¿Por qué conversamos de lo que conversamos?

·      Una región, una ciudad, un país, son una conversación.

·      Las conversaciones definen el espacio de acción y lo posible.

·      Estados de ánimo y conversaciones.

·      Conversaciones que abren y cierran posibilidades.

·      Oír v/s escuchar

·      Conversar v/s debatir

·      Persuadir v/s convencer

·      Conversar es danzar