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Sin lugar a dudas estamos viviendo tiempos muy difíciles de entender y que de una manera u otra manera nos han afectado a todos y cada uno de nosotros. Faltan calificativos para definir lo que está pasando, creo que “apocalíptico” sería una buena definición, entendiendo que todo se derrumba y nos cambia la vida de un día para otro.

Los medios emiten programas, comentarios, recomendaciones, así como muchas noticias que tienden a agravar la situación, sobre todo de aquellos más vulnerables y expuestos como los adultos mayores y personas de distintas edades que son más susceptibles a situaciones trágicas.

Sin embargo, el gran desarrollo tecnológico que vive el mundo en la última década, ha ayudado de forma positiva a “estar comunicados”, considerando que la comunicación es por esencia una condición básica del ser humano desde tiempos inmemoriales. Basta recordar lo que nos cuentan los libros de historia respecto de las teorías de la comunicación y cómo esta han cambiado, comenzando a través de ruidos producidos por artefactos hechos con madera, como árboles huecos y palos, pasando por las conocidas “señales de humo” y el telégrafo, etc.

Si bien hay que ser conscientes que la emergencia de la tecnología nos está ayudando a estar comunicados cada vez más y mejor en tiempo real a través de distintos canales, hay un gran parte de la población que no tiene acceso por distintos motivos, creando una gran brecha digital que es difícil de medir y que seguramente debe haber afectado a muchos abuelos y abuelas al no poder acceder a las bondades de la tecnología.

En este sentido, sería extenso explicar la gran cantidad de servicios y aplicaciones que nos brinda la tecnología "Smart" en los teléfonos celulares, que permiten que podemos usar por ejemplo el famoso WhatsApp; aplicación que permite una comunicación directa entre dos o más personas (a través de grupos) con mensajes de texto o voz, como así también videollamadas donde podemos ver al otro. Sabido es que este servicio ha sido de gran ayuda durante estos días para sostener la relación entre familiares y amistades. La sociedad ha logrado estar comunicada día a día en medio de esta gran nebulosa que nos presenta la pandemia. 

Otras aplicaciones muy usadas y que están relacionadas con las noticias que todos los días consumimos, son las redes sociales como Facebook, Twitter e Instagram. En Valdivia, existen muchos usuarios de estas redes y hay varios perfiles que se dedican a generar noticias regionales que ayudan a los valdivianos a estar informados casi en tiempo real. Cualquier noticia de interés se replica velozmente y los usuarios de cada red tienen sus referentes o influencers y cada red es retroalimentada por los mismos usuarios.

En este contexto, el pasado domingo 13 de septiembre Valdivia despertó con el ulular de sirenas y muchos encendieron la radio para saber qué estaba pasando, ya que las sirenas sonaban y sonaban, llevando inquietud a la población. A través de Twitter, Bomberos informó que se trataba lamentablemente de un incendio de dos casas en la Población San Pedro de esta ciudad. Lo mismo se vio gracias a las imágenes enviadas por “tuiteros” que pasaban por el lugar.

La inmediatez de las redes hace que estemos comunicados e informados en tiempo real, lo cual se debe al gran crecimiento del uso de las redes en la zona. Asimismo, como en toda red social existe un “hashtag”, un convencionalismo que a partir de una palabra clave agrupa contenido de un determinado tema que se quiere seguir. En el caso de Valdivia el hashtag usado para agrupar noticias de la ciudad es #Valdiviacl, creado por algún tuitero cuando recién se comenzó a masificar el uso de dicha red social.

En definitiva, este comentario está dirigido a todos aquellos que usan las bondades de la tecnología en tiempos de pandemia, resaltando de sobremanera que es importante atender la existencia de una gran brecha digital en la población. ¿Es acaso esta la nueva forma de vincularnos? ¿Qué pasa con quienes no se pueden sumar a esta revolución digital? No debemos olvidar que debido a diversas razones, pero principalmente a la cuestión etaria y económica, muchos de nuestros adultos mayores no son parte de esta aldea global.