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Por: Por Manuel Henriques, Responsable de Second Love [10] para Latinoamérica.

El 25% de las mujeres casadas confesaron haber vivido, al menos, una aventura extraconyugal, según  una encuesta de Second Love [10] (http://www.secondlove.cl [10]), y no se trata precisamente de un comportamiento del que se hayan arrepentido o consideren un error del cual no volver a recordar ni mucho menos hablar. Por el contrario, el empoderamiento femenino que se ha concretado en otros ámbitos de la sociedad también se ve reflejado en el ámbito sexual y en la relación de pareja.

Lo que ellas están buscando actualmente es huir de la rutina de su matrimonio y volver a sentir la emoción del coqueteo, lo que puede traducirse en "una aventura ocasional fuerte", o tan solo limitarse a un flirteo "online". En pocas palabras, buscan extender su libertad al ámbito de la sexualidad y el placer.

Por un lado, reconocen que no quieren un cambio radical en sus vidas, manteniendo un matrimonio, y en muchos casos una familia con hijos, pero sí necesitan algo nuevo, diferente y atrevido que rompa con la monotonía, y ahora con las redes virtuales, tener una aventura con seguridad es posible.

Este fenómeno no sería posible si nos remontáramos a décadas, e incluso años atrás,  donde las parejas se relacionaban en un entorno más conservador e inflexible en cuanto  a las normas sociales y morales. De hecho, el estudio de SecondLove [10] destaca que el  67% de los encuestados cree que la infidelidad es cada vez más aceptada entre las parejas hoy en día.

Muchas especialidades buscan las causas de la infidelidad, desde factores genéticos a otros psicológicos como la insatisfacción, el estrés, la venganza o la curiosidad. Lo que si podemos concluir es que el amor, el sexo y la fidelidad tienen relación con una elección personal, la cual antes estaba restringida por normas morales y una especie de autolimitación, hoy en día, y en el caso de las mujeres, ya no es impedimento para pasar del pensamiento a la acción.

Patricia Faur, autora del libro Estrés conyugal, sostiene que “el deseo hacia otros puede existir, pero muchas personas eligen renunciar a ese impulso y respetan sin mucho esfuerzo el acuerdo pactado en la pareja. En otros casos, se sucumbe al éxtasis de la conquista, de la novedad, de la aventura”.

Como conclusión, la pregunta que muchas mujeres se hacen al iniciar una aventura fuera del matrimonio es si resulta compatible ser una buena profesional, madre y esposa, con ser una buena amante. La respuesta al parecer está en las cifras que nos muestran que la infidelidad femenina crece día a día como un fenómeno de similares proporciones al adulterio masculino.