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Estoy inscrito en Chiguayante, comuna al sur de Estados Unidos de Norteamérica (ironía para los políticos “globales”, en la Región del Bío Bío).

En Chiguayante hay 4 postulantes al sillón alcaldicio. Quise saber quienes eran, ya que parece que todos hoy sienten vergüenza de decir al menos a qué partido o alianza pertenecen en su propaganda de afiches, una constante en diversas comunas de Chile.

Paso 1: Fui al sitio web de la municipalidad [11] y nada aparece. Decepcionante, ya que se busca al mandamás del municipio y éste parece no tener interés en mostrar a su comunidad quién podría ser el próximo alcalde

Paso 2: “Googlé” a cada candidato y sólo 2 tienen páginas web en donde muestran sus programas. De 4 candidatos quedan sólo 2. Los descartados, sin página web ni programa, debieran sancionarlos porque quieren ser alcaldes para quien sabe qué.

Paso 3: Leí cada programa y pensé que cada uno de ellos era Jesús en la tierra (otra ironía para los creyentes de los súper poderes de los políticos).

Y un paréntesis: Siempre he votado por la Concertación y nunca lo he hecho por la derecha. Mi último voto se lo llevó Frei en segunda vuelta por inercia y con harta acidez en mi estómago. Participé activamente para que se fuera Pinochet y también fui muy activo para que ganara el No.

Estimo que los partidos están absolutamente superados, no tienen mi respeto, como creo que no lo tienen de la mayoría ciudadana. Por ello, ya no es suficiente que un candidato a lo que sea pertenezca a un partido político. Por lo que vi en sus páginas web, ninguno de los 2 candidatos que quedan me agrada. Entre ellos ninguno se distingue y no les creo a muchas de las cosas que prometen. Por lo tanto, no me gusta nadie y no tengo candidato.

Dado que el votar es voluntario, mi voluntad es no votar. ¿Por qué casi todos los políticos, y camarillas, hace un juicio moral a mi voluntad de no votar? ¿Por qué pretender hacer creer que no votar es sinónimo de que no me importa mi país, su presente y su futuro?

Como no me dejo extorsionar con la estupidez de estos juicios, no votaré, con la ilusión que mi no voto ayude a generar una crisis, de las buenas, que desordene e incomode a los honorables sentados calentitos en su sillones, como una puerta que se abre inoportunamente que permite un gélido aire en obliga a levantarse del sillón o al menos a pegarse una acomodadita.

Me encantaría que todo Chile con derecho a voto participara de todas las elecciones, voluntariamente. Creo que eso sería potente. Pero ¿de quién es la responsabilidad de no ir a votar? Creo que es de aquellos que se presentan que no son capaces de convencer a sus electores.

Me gustaría que se perfeccionara la ley de votaciones. A la inscripción automática y voto voluntario le sumaría que las elecciones con una participación menor al 70% sean inválidas y que los candidatos que participaron de éstas tengan prohibido participar en la siguiente, por pencas, por no tener la capacidad de convocar al menos al 70% de los electores a participar.

En un grupo familiar de 5 personas, hace 4 años 2 tenían derecho a voto. Hoy, 4 tenemos derecho a voto. Ninguno votará. Y no hay ningún día que no hablemos de política y a todos nos interesa profundamente nuestros país, su presente y su futuro.