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Hace ya 22 años en Chile, una seudo democracia que dirige y administra el Estado no ha hecho más que perpetuar un modelo neoliberal, patriarcal y capitalista consolidado desde la dictadura, generando con ello brechas económicas y sociales cada vez más abismantes, y reproduciendo un sistema que mantiene la ubicación de las mujeres y sus vidas como objeto y cuerpo simbólico de lo femenino en una posición desventajosa en todos los ámbitos de nuestras vidas.  Hoy,  mujeres y  hombres en Chile salen a las calles a manifestar su disconformidad contra los abusos del poder económico, del poder político y de las clases privilegiadas instaladas en el Gobierno, el Estado y sus instituciones.

Porque la represión del Estado patriarcal militarizado hostiga y reprime permanente y sistemáticamente a las mujeres, niñas y niños de las comunidades mapuche de nuestra región, criminalizando las justas e históricas  demandas de su pueblo. Porque las humillaciones y maltratos denunciados por las jóvenes del movimiento estudiantil demuestran que son sometidas a una explícita violencia sexual y de género por parte de Carabineros,  donde los manoseos, los agarrones,  el orden de desnudarse,  los golpes en sus genitales y otras abusos evidencian que una vez más en Chile se confiere al cuerpo y la sexualidad de las mujeres la figura de trofeo de guerra, retrayendo con ello formas de violencia física y simbólica y de violación de derechos humanos en el ejercicio de la impunidad al igual que en tiempos de dictadura. Mismo tiempo que en nuestro país, en resguardo del  “derecho a la vida” se penaliza el aborto terapéutico, siendo una más de las imposiciones legales que nos deja  Pinochet. Situación que  actualmente nos ubica junto a los únicos cinco países del  mundo que prohíben y criminalizan el aborto en todas sus formas. Imponiendo y resguardando de esta manera supuestos ideológicos de carácter eminentemente religioso, por sobre la vida y los derechos de la mujer, en un marco jurídico - que pese a las demandas de mujeres  - no ha sido posible modificar, producto de la hegemonía y opresión patriarcal que ejercen en la sociedad y en el Estado chileno la moral conservadora de grupos fácticos, y la colusión del poder eclesiástico y el poder económico. Transgrediendo y violando de esta manera los compromisos adquiridos por el Estado chileno frente al sistema jurídico internacional de derechos humanos. Ante lo cual, los comités de vigilancia en pro del cumplimiento de los instrumentos ratificados por Chile,  han señalado en reiteradas ocasiones  la urgente necesidad de modificar su marco legislativo, negándose éste hasta ahora a debatir seriamente y dar solución a un problema de justicia social que afecta directamente  a la vida, la libertad  y autonomía de las mujeres.

 El aborto clandestino y su aberrante criminalización en Chile es una realidad que como sociedad nos concierne a mujeres y hombres, pero donde somos NOSOTRAS quienes directamente ponemos en riesgo nuestra vida, salud y libertad, principalmente cuando se trata de mujeres de escasos recursos - mientras aquellas que cuentan con altos ingresos - pueden optar a realizarse procedimientos quirúrgicos legales en clínicas extranjeras o en clínicas privadas con altos niveles sanitarios.

 Ante la inexistencia de políticas públicas de salud sexual y reproductiva de calidad y acordes a la libertad de conciencia y decisión  de chilenas y chilenos,  en un momento donde distintas voces expresamos nuestras demandas en torno a la  autonomía  de nuestros cuerpos y a un libre e informado ejercicio de nuestra sexualidad, y cuando la lucha por el derecho al aborto de las mujeres en Latinoamérica a tomado toda su fuerza , articulándose en discurso,  estrategia y acción política,  nos reunimos en Temuco desde diversas identidades y voces políticas en el marco del Día Internacional por la Despenalización del Aborto en América Latina y el Caribe: feministas, mujeres, mapuche, estudiantes, lesbianas, y todx persona disidente  de la región de la Araucanía que se resiste al orden  de un sistema sexo-género patriarcal , heteronormativo y dominante que nos excluye y violenta en nuestra subjetividad y el pleno ejercicio de nuestros derechos.

 Por todo lo anterior,  reivindicamos el  aborto legal, seguro y gratuito como  un derecho humano de las mujeres situado en el marco de los derechos sexuales y reproductivos. Derecho que además de consagrarse como una garantía de salud pública, de  justicia y equidad social, se sustenta en el reconocimiento de nuestros derechos a la autonomía y a la autodeterminación.

-Porque la maternidad es una opción y una decisión de la mujer, y NO  una obligación e imposición.

-Porque nuestros cuerpos y nuestra sexualidad no son sinónimo de maternidad, reproducción y heterosexualidad.

-Porque nuestra sexualidad es también expresión política de identidad, afectos y  placer.

-Por el derecho a decidir,  a la libertad, a la autonomía , a la autodeterminación y a la reapropiación y recuperación de nuestros cuerpos.  

Registro Fotográfico: Patricia Pichún,  en acción política Plaza Dagoberto Godoy, Temuco 28 de Septiembre 2012 convocada por Segundo Patio Agrupación Política Disidente.

Firman:

-Mujeres  y Feministas de la ciudad de Temuco.

-Observatorio de Equidad en Salud según Género y Pueblo Mapuche.

-Foro Red de Salud y Derechos Sexuales y Reproductivos.

-Segundo Patio Agrupación Política Disidente.

-Integrantes de Mujeres Radialistas.

-Pan y Rosas Temuco.

-Temuco Diverso. 

Galeria Imagenes: 

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