Molestos y por sobre todo preocupados, aseguran estar los vecinos y agricultores de las comunas de Gorbea y Loncoche, que hoy viven o trabajan en las cercanías de la recién instalada planta incineradora de residuos hospitalarios. Hace aproximadamente 20 días han percibido desagradables olores por las noches, lo que genera incertidumbre sobre el riesgo en su calidad de vida y ver perjudicada su producción agrícola.

Planta que funciona en una marcha blanca, con una patente autorizada por el municipio de Gorbea, según indican los voceros. El problema es que se encuentra emplazada en medio de un sector productivo, afectando a cerca de 150 familias y más de 300 productores frutícolas.

"La ley de bases del medio ambiente no considera dentro del sistema de evaluación de impacto ambiental, la planificación local de los territorios; entonces se instala una actividad al lado de otra que es completamente incompatible, como lo son la producción de alimentos con la incineración de residuos", explicó Alejandra Parra, miembro de la Red de Acción por los Derechos Ambientales.

Compleja situación que mantiene alerta a los productores de la zona, quienes por más de 17 años han luchado por establecerse en el mundo de la importación, cumpliendo con elevados estándares de calidad y sanidad, además de normas nacionales e internacionales, que podrían verse perjudicadas por la instalación de esta planta.

"En este tiempo hemos logrado llegar a exportar el 95% de la producción de frambuesas y arándanos, y hemos demostrado a nuestros compradores, que estamos produciendo un producto limpio y que llega a todas partes del mundo por intermedio de las exportadoras. Con esta planta nos preocupa, que sea un punto rojo en la zona y que posiblemente las exportadoras comiencen a retirarse", señaló Juan Carlos Roa, agricultor del sector.

Contaminación que se vuelve no solo un problema productivo, sino además a la salud. "Al incinerar los plásticos que vendrían en estos residuos, como por ejemplo las jeringas y materiales desechables, se genera dioxinas, y las dioxinas son un contaminante cancerígeno que no existiría en la naturaleza sino lo produjera los seres humanos", advirtió Parra.

Frente a esta situación las personas afectadas hicieron llegar un oficio a la seremi de Salud, Medio Ambiente y el Servicio de Salud Araucanía, solicitando que se realice una fiscalización a esta planta. "Estas plantas deben fiscalizarse, porque todos sabemos que estas plantas en el resto del mundo son altamente contaminantes. Nosotros estamos haciendo todas las acciones para que esta planta se someta a un proyecto de evaluación de impacto ambiental, en el sentido de que exista consulta ciudadana", indicó Alex Ceballos, presidente junta de vecinos del sector Quesquechan de Loncoche.

"Venimos hoy día a solicitar a la autoridad sanitaria, que realice una fiscalización con el objetivo de que ojalá se revoque el permiso a esta planta y se compruebe que está funcionando de manera irregular y la obliguen a ingresar al sistema de evaluación de impacto ambiental", agregó Alejandra.

Vecinos y trabajadores aseguran que a la fecha esta planta no ha sido fiscalizada, y su instalación se realizó sin su consentimiento, por lo que llegarán hasta las últimas consecuencias para que sean atendidas sus demandas. Hace días atrás realizaron un corte de la ruta 5 Sur, y no descartan acciones similares. El próximo martes 30 de junio a las 11 de la mañana, tienen organizada una marcha por las calles céntricas de Gorbea, hasta llegar al municipio, con el objetivo de hacer público su malestar frente a esta irregular situación.