Un mundo mejor que viva en paz

Un mundo mejor que viva en paz

31 Diciembre 2012
¿Una esperanza perdida? II parte
Juan Lama Ortega >
authenticated user Corresponsal

Tomando finalmente las declaraciones de la propia Biblia de las Iglesias, en los tiempos que corren, con una crisis que se ha ramificado abarcando no sólo la falta de ética y moral, sino también la economía, la corrupción política, el abuso del margen moral de la ciencia y la tecnología, y otras secuelas más, cabe tomar en cuenta lo que en ella se relata sobre la manifestación de Juan, llamada el Apocalipsis. Este acontecimiento expuesto en la Biblia se ha hecho muy actual en los últimos años, y las especulaciones sobre las catástrofes venideras son tan variadas y numerosas como las formas en que se manifiesta la crisis actual. El vidente Juan de Patmos anuncia la venida del reino de Dios a la Tierra, y en este sentido hay que tener en cuenta que el reinado y el reino de Dios constituyen el concepto básico y central de la creencia cristiana. Antes de que Jesús fuera crucificado prometió a sus discípulos y apóstoles que, cuando la humanidad lo pudiera comprender, él enviaría al consolador, el Espíritu de la verdad. Dijo, además, que él vendría de nuevo para erigir su reino, el Reino de Dios en la Tierra. ¿¡Qué cristiano no añora en estos tiempos tan tempestuosos que ese reino prometido venga por fin a la Tierra, un reino de paz, de amor y de justicia!?

Pero antes de que esto suceda es preciso que sucedan algunos cambios. La manifestación de Juan relata lo que sucederá cuando se llegue en la Tierra a la batalla definitiva entre la luz y las tinieblas, entre lo divino y lo satánico. Entonces, antes de que este reino de Dios anunciado pueda crecer, tiene que tener lugar y decidirse esta lucha entre Dios y su adversario, entre Cristo, el regente del nuevo mundo, y el regente de este mundo, Satanás. En este sentido la manifestación de Juan se refiere al anticristo, que resurgirá en los tiempos finales para seducir a la humanidad. A este anticristo se le identificado en el curso de la historia con numerosos personajes. En el libro del alemán Franz Mussner “¿Qué enseña Jesús sobre el fin del mundo?”, editado en alemán en la editorial Herder, de la que no se puede decir que sea precisamente anticatólica, este autor expone que el anticristo, al que hay que entender como una figura personal, constituirá el poder político más poderoso de la historia de la humanidad, y erigirá un dominio mundial sin Dios, en el que el adversario de Dios tendrá también en sus manos todo el poder económico mundial. Al fin y al cabo, en el Apocalipsis se trata de la pregunta de quién tendrá al final en sus manos el dominio mundial. “Nadie que no lleve la señal, el nombre de la bestia deberá o podrá comprar o vender algo. Tus comerciantes eran los grandes de la Tierra”. Esta primera bestia, que simboliza al anticristo, en la visión de Juan irá acompañada de un segundo animal, que está al servicio del primero y hace propaganda eclesiástica para él, conduciendo a la Tierra y a sus habitantes a que adoren a este primer animal (el anticristo) (...)”. O sea que el anticristo o su poder de los tiempos finales, constituirá el poder político y económico más grande que hasta ahora ha existido en el mundo. Su reino comprenderá todo el mundo y al mismo tiempo constituirá un poder espiritual que anuncia una nueva creencia que ha de reemplazar a la anterior. Pero el Cordero, Cristo, vencerá al anticristo y a su poder. Recordemos, ¿qué dijo el infalible Papa Bonifacio VIII al respecto: “¿Qué soy otro sino Dios mismo?”.

O también cabría preguntarse, ¿cuál es el gobierno al que visitan todos los jefes de Estado al iniciar sus funciones? ¿Quién es el que se arroga el derecho no sólo de ser infalible sino de ser el que dice tener que salvaguardar la moral del mundo? ¿Quién presume representar nada menos que a Dios en la Tierra? ¿Quién posee una fortuna cuantiosa, no sólo en tesoros culturales sino en acciones y participaciones en empresas, algunas de las cuales producen precisamente lo que la misma ética cristiana prohíbe? ¿Quién ha estado siempre al lado de los ricos y poderosos? ¿Quién bendijo las armas de los conquistadores europeos del nuevo mundo, adornó sus templos con el oro conquistado y robado a las culturas indígenas, creó la Inquisición, ejerció la quema de brujas y la cruel persecución de todo aquel que no profesara la fe de su Iglesia? Estos y muchos otros hechos demuestran que el dios que dijo ser el Papa mencionado antes no es el mismo que enseñó Jesús de Nazaret a su paso por la Tierra, ya que su Dios era el Dios del amor y la justicia, mientras que los hechos mencionados muestran que el dios que decía ser Bonifacio es más bien el de la destrucción y el caos. ¿Cuál de los dos será el de la crisis actual?

Considerando precisamente la preocupación cada vez más creciente de los ciudadanos de muchos países ante la crisis económica que afecta en estos tiempos al mundo, habría que preguntarse si la esperanza que trajo en su día el Hijo de Dios ya se ha perdido

Continuará…

 

Juan Lama Ortega

www.radio-santec.com