¿Qué puede aportar la geología a la sociedad?

01 Abril 2021
Los geocientistas no toman conciencia, muchas veces, del poder del conocimiento que tienen acerca de la Tierra, un conocimiento que es exclusivo de su profesión.
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Geología, Universidad, Ciencia

Por Luisa Pinto Lincoñir, Geóloga, PhD; Directora Escuela de Ingeniería y Ciencias, U. de Chile; Coordinadora Grupo de Geoética, Sociedad Geológica de Chile.

Hitos históricos decisivos en nuestras sociedades nos llevan a hacernos preguntas importantes en nuestras vidas. En el caso del Chile reciente, hay al menos dos que no han dejado indiferente a nadie. Uno fue el devastador terremoto y el tsunami asociado del 27 de febrero de 2010 (27F), que afectó a varias regiones del centro de Chile y cobró más de 500 vidas. Como geóloga tomé conciencia de lo poco que estaba haciendo mi comunidad por difundir el conocimiento al ciudadano ‘de a pie’ para la toma de decisiones que puede salvar vidas. El otro episodio fue la demanda que sentí de mis estudiantes de geología en el calor del impacto del movimiento estudiantil del 2011 ¿cuál es nuestro rol en la sociedad?. Mi visión estaba restringida a la geociencia pura, al placer de construir el conocimiento sobre el funcionamiento de la Tierra, pero alejada de la aplicación directa. Al principio veía difuso el aporte que podíamos hacer a la sociedad. Basada en estas reflexiones me propuse ofrecer el curso ‘El Rol Social del Geólogo’. Con jóvenes estudiantes reflexionamos sobre ese rol y llegamos a ciertas certezas sobre nuestro obligado aporte que va, desde el quehacer normal de la profesión hasta la divulgación geocientífica.

La geología trata de entender el funcionamiento de la Tierra desde sus profundidades de miles de kilómetros hasta la superficie. Los ciudadanos chilenos, a lo largo de un muy  extenso territorio físico, están expuestos a la mayoría de los riesgos naturales asociados a las fuerzas superficiales de la Tierra -aluviones, terremotos, tsunamis, fallas geológicas-. Tanto los geólogos como las geólogas conocen los detalles de la dinámica de estos procesos. La complejidad de ellos o escala de tiempo gigantescas de miles y millones de años propias de las geociencias, llevan asociada una incertidumbre. Pero, sin lugar a dudas, los geocientistas conocen la dinámica de estos procesos y saben interpretar los riesgos naturales asociados a eventos geológicos. Por ejemplo, los volcanólogos o geólogos aplicados a la ingeniería pueden prever en qué lugares es más factible que transiten flujos volcánicos catastróficos o aluviones, y pueden poner en un mapa los peligros naturales de un sector alrededor de valles fluviales, en la costa lacustre o en la costa marítima.

Los geocientistas no toman conciencia, muchas veces, del poder del conocimiento que tienen acerca de la Tierra, un conocimiento que es exclusivo de su profesión y que está intrínsecamente asociado a las características geodinámicas pro-riesgos de Chile. Desde esa toma de conciencia deberían asumir la responsabilidad de llevar ese conocimiento al ciudadano común, por medios de comunicación adecuados, con escritos simples y entendibles, aportando a la educación de profesores de ciencias de nivel escolar y, ¿por qué no?, contribuyendo a la elaboración de la nueva constitución. Los y las jóvenes geocientistas están tomando conciencia de esta responsabilidad y haciendo suyos estos desafíos.

Geólogos, geólogas, geocientistas, usemos la conexión que tenemos con el territorio físico de Chile para participar de las instancias políticas y de comunicación y poner a disposición de la sociedad más ampliamente ese conocimiento sobre los recursos naturales, -agua, suelos, minerales-, sobre ordenamiento territorial para la construcción de obras civiles -túneles, caminos, edificios-, entre muchos otros. Hay mucho qué divulgar y no hay momento más propicio que ahora para ello. Atrevámonos a hacerlo.