Post terremoto: Ojo con el bruxismo y cómo prevenirlo

30 Septiembre 2015

Es tiempo de réplicas y se estima que éstas se prolonguen durante el resto del año. El estrés ha aumentado al máximo y con ello, esta patología que tiene directa relación con la calidad de vida de las personas.

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El odontólogo Dr. Ricardo Diez, especialista de Clínicas Norden señal que este mal hábito se conoce comúnmente por rechinar los dientes o apretarlos, generalmente al dormir. Pero también puede ser en el día en vigilia, dañando los dientes, generando fracturas o desgastes, y hasta incluso llegándose a soltar. También se producen dolores de cabeza, en el cuello y en los músculos de la mandíbula causando dolor y rigidez, deteriorando las articulaciones temporomandibulares y produciendo sensibilidad dentaria.

Una causa emocional, el estrés o un problema muscular puede generar bruxismo o alguna desarmonía oclusal, lo que sería una expresión de algo más profundo. El bruxismo es un signo o síntoma y no una enfermedad como tal, por lo que se puede presentar en muchas patologías, y al observarlo no sólo se debe disminuir el daño sino tratar la causa más profunda, “imaginemos que estamos con un zapato más alto que el otro, produciendo que las piernas estén a diferentes altura, que la cadera se gire y las espalda se curve. Esto causa dolor en la espalda y en el cuello. El cuerpo en forma natural tratará de eliminar el taco más alto del zapato desgastando para compensar. Lo mismo se produce con el bruxismo en los dientes”, destaca el especialista de Clínicas Norden.

El tratamiento debe ser multidiciplinario, pero la solución más común es hacer una placa de relajación o plano de estabilización, sin embargo, este tratamiento será algo paliativo sin un buen diagnóstico que permita tratar el bruxismo desde su raíz. “Si hay una causa emocional, probablemente se debe tratar al paciente disminuyendo su ansiedad.

Si el bruxismo es por alguna falla en la articulación dental y/o problema muscular, éstos también deben ser tratados fundamentalmente con un buen diagnóstico”,  señala el odontólogo de Norden. Le puede pasar a cualquier persona y a cualquier edad. Es muy frecuente escuchar a los padres relatar que sus hijos pequeños hacen sonar los dientes, lo que puede ser normal hasta cierto punto y edad como mecanismo fisiológico, no generando una patología. Esto puede ser temporal porque al cambiar los dientes de leche por los definitivos, tiende a desaparecer, pero también puede ser la antesala de un bruxismo futuro. En los adolescentes y adultos de ambos sexos es diferente porque podemos ver los signos de un bruxismo no tratado por años.

¿Cómo se previene? Detectando la causa y disminuyendo los daños si ya está presente, “hace un tiempo un kinesiólogo me comentó que se había dado cuenta que muchos de sus pacientes bruxaban y que al tratarlos de la espalda dejaron de hacerlo. Por lo que muchas personas que han tenido bruxismo por años, en realidad tienen otra patología y el bruxismo es solo una expresión de ésta. Por eso se trata la causa y limitación de los daños con una placa de relajación, y dentro de las causas podemos por ejemplo tratar a un paciente con un neurólogo, kinesiólogo, psiquiatra, fonoaudiólogo, entre otros”, explica el especialista.

En los casos más severos, incluso se producen cambios en la simetría de la cara.  Y si no se trata a tiempo, se pueden tener todos los signos y síntomas asociados, produciéndose daños significativos e irreversibles en los dientes y en las articulaciones temporomanipulares.

La consecuencia más grave es la imposibilidad de abrir la boca debido a una contractura muscular severa.