Opinión: Entre la dignidad regulada y el buen criterio

Opinión: Entre la dignidad regulada y el buen criterio

09 Mayo 2014

La decisión a tomar a nivel editorial no puede quedarse en la espectacularidad. La edición no es un simple proceso técnico sino una suma de evaluaciones de contenido. 

Juan Domingo Ramírez >
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21 horas, sábado 7 de abril. Noticias en televisión.

Entre el fútbol y los temporales, una imagen: un joven lanzándose desde la terraza del Costanera Center. Grabada por celulares voyeristas. Acompaña la nota una lectura dramatizada y miradas casi llorosas a la cámara. En casi dos minutos, el drama está relatado y, a otra cosa mariposa ¿cómo estará la rodilla de Vidal?

Aunque los periodistas somos reacios a la autocrítica y culpamos siempre al mensajero (“el público lo pide, así es el rating, los medios muestran lo que quiere la gente”), las casi 70 denuncias a CHV ante el Consejo Nacional de Televisión y la simple lógica, nos obligan a mirar y analizar. ¿Es necesario mostrar el salto al vacío, los comentarios del público ansioso de espectáculo, incluyendo risas? La respuesta es NO. Los hechos no son noticias, la noticia se construye aplicando a los hechos una serie de factores que los convierten en productos transmisibles, ya sea por la carga informativa que contiene, proximidad, y todas esas variables que se supone aprendemos en las escuelas.

La decisión a tomar a nivel editorial no puede quedarse en la espectacularidad. La edición no es un simple proceso técnico sino una suma de evaluaciones de contenido. De no ser así, bastaría con recoger tuits, grabaciones de celulares, divagaciones en facebook, darle un orden y ponerlas al aire.

Un suicidio es un dolor, para quien lo comete y para quienes los rodean. SuicidiumSui (de si, a sí), Cidium(acto de matar). ¿Cuanto será el dolor de un suicida, cuánto será el dolor mientras lo piensa y cuando lo ejecuta? El dolor es posible graficarlo en imágenes: en una guerra, en actos terroristas, en la muerte. Pero ¿qué le parecería a un editor que las imágenes no fueran de un desconocido sino de su hermano, de su primo, de su íntimo amigo? ¿sabrá el editor que existe un efecto multiplicador e imitativo de los suicidios cuando son vistos en televisión

Según datos del Ministerio de Salud, en Chile la muerte por suicidio de adolescentes ha ido en aumento. La tasa de suicidio entre los 10 y 19 años aumentó de 5,7 a 7 por 100.000 habitantes entre 2005 y 2010. Y si se agrega que en la Región Metropolitana aumentan las enfermedades mentales (angustia, depresión), lo que tenemos ante las manos deja de ser un video espectacular, sino la responsabilidad social de informar. No basta el argumento del rating, el público o la linea editorial: las decisiones deben tomarse a nivel profesional y siendo responsable por los hechos y sus consecuencias.

Un documento con reflexiones sobre la cobertura de suicidios del Ministerio de Salud de Argentina dice que existe mucha evidencia científica que demuestra estadísticamente el efecto imitativo -especialmente en la población adolescente- ante ciertas coberturas de suicidios por televisión. En especial, aquellos que son atípicos. Otras investigaciones demuestran un aumento en los suicidios hasta 10 días después de los informes televisivos. Y estos datos básicos están a un clik.

En su Manual de estilo, Radiotelevisión española dedica un capítulo especial a la cobertura de suicidios: tratamiento del suicidio en RTVE. Desconozco si los manuales de medios chilenos contienen un apartado así (aunque la verdad, no conozco muchos manuales de estilo de nuestros medios).

Mostrar a una persona lanzándose al vacío es lo mismo que mostrar su cuerpo en el suelo., No hay edición, no hay sentido común, no hay profesionalismo. Las imágenes de “corresponsales ciudadanos” indudablemente han cambiado la forma de cobertura de noticias, pero en medios masivos como la televisión, no son la noticia en si; deben ser sometidos a un trabajo de edición y contextualización. De no ser así, la función del periodista deja de tener sentido.

Las imágenes del sábado pasado no debieron salir de la forma en que se mostraron, por respeto al público, a los familiares, al propio medio. Fortalecer los medios de comunicación es una labor de nosotros los periodistas; siempre señalamos que somos formadores de opinión pública, que nuestro norte está en el público. Partamos entonces por respetarlo y respetarnos.