Navidad: Al Viejito Pascuero se le están olvidando de otros viejitos

Navidad: Al Viejito Pascuero se le están olvidando de otros viejitos

25 Diciembre 2012
¿Mis abuelitos saben que no existe el viejito pascuero?, porque siempre están diciendo: “Parece que el viejito pascuero se olvidó de nosotros nuevamente y no nos trajo la salud que le pedimos el año pasado”
José Olivares C... >
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En Navidad recordé una tierna historia familiar que me gustaría compartir. Era una calurosa tarde  de Diciembre, una típica víspera de Navidad en que todo es movimiento,  carreras por terminar  de comprar regalos para los seres queridos, luego comenzar a preparar la cena  de noche buena, ¡interminable! Algo molesta,  Rosa me comunica que no ha podido encontrar un viejito  pascuero  para entregarle la bicicleta a Pepito, nuestro hijo mayor  de sólo 6  años. La única  solución era entregársela a las 5 de la tarde, horario que disponía papá Noel. 

Así llegaba la hora  en que el viejito  pascuero, a una cierta distancia y en presencia  de Pepito,  dejaba el regalo  que tanto había deseado: “¡Mira  Mamá!  ¡Mira Papá! ¡El viejito pascuero me ha traído una bicicleta! Con Rosa  y algunos trabajadores  que estaban en aquel momento  compartimos  su emoción  y corrimos a ver su  hermoso regalo mientras le  conversábamos  que debería seguir portándose  bien para que el año próximo el viejito volviera a visitarlo.

Volvimos a nuestros quehaceres  en la casa, pero Pepe mostraba algo  de incredulidad, su mirada lo decía todo: -Pepe por fin exclamó: “¿De verdad existe el viejito pascuero o eres tú con mamá quien compra los regalos”. Había llegado el momento  de contestar  esta interrogante  a nuestro hijo, pero,  a pesar  de haber transcurrido 6 años, no me encontraba preparado para darle una respuesta que terminara con una de las fantasías mejor preparada por millones y millones de personas. Hice  desviar  el tema  preguntándole: “¿Qué crees tú Pepe?” “Papá –me respondió-  creo que bien pueden ser las dos cosas, ustedes la compraron, pero también  puede  haber  sido  el viejito pascuero quien me trajo el regalo”.

“Parecía ser un respuesta muy  razonable  a su edad” –exclamé. Pepe, siguió terminando su respuesta:“soy feliz  con cualquiera de las dos cosas, si fueron ustedes bien, si fue el viejito pascuero, bien también”. Ante esto me tranquilicé, porque cualquier verdad que descubriera, ya la iría aceptando con mayor naturalidad, por lo que algo temeroso, aún, le conté  que éramos  nosotros  quien  le comprábamos los regalos. Lo único que le pedíamos  es que fuera  un secreto  entre él y nosotros, sus papás necesitan esa  magia  por ahora que debían creerla  su hermanita  y sus primos.

Pepe se sintió grande, la fantasía de la Navidad había terminado en él, pero nos dimos cuenta que saldría de él, un muy buen hijo: “De acuerdo papá”, -dijo  Pepe con  mucho orgullo, porque habíamos  confiado en él. Toda esta conversación la teníamos en el comedor, pero  él seguía sin moverse. ¿Algo más quieres saber hijito?

-Si papá, ¿mis abuelitos saben que no existe el  viejito pascuero?, porque siempre están diciendo:“Parece que el viejito pascuero se olvidó de nosotros nuevamente y no nos trajo la salud que le pedimos el año pasado”.