La no presencia de la ciencia chilena

La no presencia de la ciencia chilena

09 Noviembre 2015

"Dentro del pozo en que se encuentra la comunidad científica podemos decir que la sociedad ve con buenos ojos nuestra labor, pero falta el golpe de gracia para que realmente se entienda nuestro aporte".

Sebastián Escobar >
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La última semana una lamentable noticia ha pasado desapercibida para la mayoría de las personas, pero no así para el "gremio" de científicos, estudiantes de ciencias y academia. Me refiero a la renuncia del Dr. Francisco Brieva, quien a la fecha, es el tercer presidente de CONICYT que no termina por completo su mandato. Para los que no dimensionan su renuncia, nos referimos a la máxima autoridad científica, responsable de liderar y manejar los principales fondos de investigación y becas en nuestro país. Ha renunciado "el jefe" podrán decir algunos, lo que ha significado un mazazo a la institucionalidad científica del país.

Poniendo en contexto y refrescando nuestra mala memoria, estos descalabros en CONICYT no son aislados, sino que comienzan con la destitución de la Sra. Vivian Heyl el año 2009, quien fue removida de su cargo por problemas administrativos con las Becas Chile, luego con la renuncia inesperada el Dr. José Miguel Aguilera (2010-2013) y finalmente la semana pasada el mismo fenómeno se repite con el Sr. Brieva (2014-2015).

En este sentido, sus declaraciones expuestas esta semana en El Mercurio son muy desalentadoras y nos explotan a la cara con una inquietante sensación, "se hizo lo que se pudo" y "a nadie le interesa la ciencia en Chile". Esto contrasta con lo que se ha logrado (modestamente) este año, donde se instaló en la agenda política la "institucionalidad de la ciencia chilena" por un lado con la reactivación del consejo presidencial de CONICYT y por otro con el anuncio del Ministerio de Ciencia y Tecnología en el discurso del 21 de Mayo, pero al parecer todo se ha ido al garete esta semana al comprobar que nadie - incluso su presidente- puede zafar de la camisa de fuerza que inmoviliza a CONICYT.

El diagnóstico que hace el Sr. Brieva es lapidario, "a nadie le interesa la ciencia en Chile" y la burocracia enmaraña cualquier buena voluntad. Sin embargo, desde mi punto de vista y siendo optimista creo que la ciudadanía (no sé si en la clase política), se aloja una empatía hacia el científico y a la investigación científica como pilar del desarrollo de un país pero sin saber el por qué. Ante este escenario, me cuestiono lo siguiente ¿Estaremos dando nosotros, los científicos, estudiantes de ciencias y divulgadores científicos el mensaje adecuado y directo del por qué es importante la ciencia en Chile?. Mi respuesta es no, y creo que ha llegado el momento de dar a conocer la importancia de la ciencia en Chile pero por medio de otra aproximación, una que podemos denominar como la "ausencia" o "pérdida de función", o en otras palabras, destacar las repercusiones negativas si no tuviéramos científicos en nuestro país.

Un ejemplo claro en biología sobre la "ausencia" es inactivar o mutar un gen o Noquearlo (del Inglés Knock out), perdiendo su información genética y por tanto su función. Sabemos que hacer un rato knock out es un procedimiento muy laborioso pero que asegura un alto nivel de impacto en nuestras investigaciones ya que proporciona información clave e irrefutable sobre la función en un organismo. Así por ejemplo, conocemos en la actualidad que la leptina (ob/ob) tiene como función el control del apetito (Zhang 1994) ya que ratones "noqueados" para este gen resultan ser obesos (Fig. 1). En esta misma línea, la sociedad debería reconocer qué puntos fundamentales del desarrollo del país se sostienen en pilares como la investigación científica, y de no ser así, destacar los posible efectos negativos que provocaría su ausencia en nuestro país-lo que nos haría engordar como nación-. Tenemos que lograr que los medios y periodistas en Chile informen, como en el caso del ratón obeso, que la función del gen leptina fue demostrado por la pérdida de su función. A lo anterior, un reportaje interesante en los medios podría ser el siguiente: Qué haríamos en Chile si no existieran facultades donde se estudie sismología?, y ejemplos como estos hay decenas, es cosa de pensar un problema que como sociedad enfrentamos diariamente (cáncer, contaminación, calentamiento global, etc) y valorar el efecto negativo que ocasionaría la ausencia del científico que puede estar detrás de esa solución, precisando que no nos creemos dioses! En líneas generales como mencionaba anteriormente, dentro del pozo que se encuentra la comunidad científica podemos decir que la sociedad ve con buenos ojos nuestra labor, pero falta el golpe de gracia para que realmente se entienda el real valor de la generación de conocimiento e innovación que aportamos.

Hoy en día la ciudadanía ve sin problemas que los impuestos de todos se destinen (una minina parte) a la investigación científica, pero nuevamente el mensaje es confuso ya que se suele justificar la investigación del científico chileno como el capricho de unos pocos que conviven entre tubos de ensayos y pipetas, pero desconocen que los escasos recursos disponibles son para resolver e investigar eso que la sociedad desconoce pero que les repercute en su día a día.

Finalmente, transcribo un diálogo de Los Simpson que creo resumen de buena manera lo que intento plasmar en esta columna, en un capitulo donde una turba iracunda destruye un museo de historia natural a Moe se le cae encima un colmillo de Mamut, éste dice "estoy paralizado, pero la ciencia médica podrá curarme".