La educación universitaria: ¿Estrategia o sus futuros del pasado?

26 Noviembre 2011

Se estima que el 50% de los profesionales universitarios tienen sus conocimientos con fecha de vencimiento cumplida,  y de eso no habla ni hay planteamientos en el debate sobre financiamiento de la educación superior en Chile. Por Omar Villanueva Olmedo.

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Lo principal de la educación es el conocimiento acumulado a partir de la investigación que permite, a través de su  creación, su divulgación y su aplicación,  el pleno desarrollo de la mente, del espíritu y del cuerpo de cada ser humano. Para eso se requiere recursos.

La educación la van obteniendo las personas   como un proceso que generalmente es gradual a lo largo de la vida y es difícil saltarse etapas. Sin embargo, hoy día, la crisis se centra en forma principal en el nivel universitario y en los recursos financieros necesarios para que un mayor número de jóvenes pueda acceder a las aulas universitarias y para que algunas de estas instituciones intenten  recuperar sus posiciones pérdidas y otras mejorarlas. Hay despreocupación de la investigación y de las nuevas formas de docencia, que permitirían una educación universitaria de más calidad, más eficiente y costos  muy inferiores a los actuales si se innova. Muchas universidades, y otras que no lo son, pues no investigan, se han convertido en verdaderos museos del conocimiento y broadcasting de modelos y conocimientos no validados y o ya obsoletos. Nada más conservador que académicos lejos de lo que se investiga en punta. El nuevo conocimiento cambia segundo a segundo el mundo y también las nuevas formas de enseñar, aprender, “aprender a aprender” y el “aprender a olvidar” lo ya caduco.

Se estima que el 50% de los profesionales universitarios tienen sus conocimientos con fecha de vencimiento cumplida,  y de eso no habla ni hay planteamientos en el debate sobre financiamiento de la educación superior en Chile.

Mirado así se ve que los progresos en la educación sólo responderán a un mayor volumen de dinero “gastado y no invertido” en educación, donde habrá universidades que obtendrán mayores recursos directos del Estado y otras del sector privado.  Sin embargo, la verdadera educación superior se hace con: políticas de desarrollo nacional y con las estrategias y tácticas de sus instituciones, que gracias a los resultados y sus avances se logran  posicionar en lugares de prestigio y solvencia nacional e internacional.

De mejora real  de la educación, investigación, calidad y nuevas formas de  aprender y enseñar y formatos demodé muy poco se habla en estos días, pero sí de verdaderos refugios universitarios con muchos más recursos ahora, que los políticos convierten en verdaderos  bunkers de espera que cuando pierden sus elecciones y… ¡Vuelven a la academia! En su pasadía, poco interés tiene en el desarrollo de la investigación y conocimiento, que es un esfuerzo sistemático sostenido de mediano y largo plazo y que requiere una estrategia de nivel nacional y de cada institución  con sus respectivos planes. Esta es una discusión  -más allá del problema político del financiamiento de las matrículas- los estudiantes y sus familias solo aspiran a una profesión de más ingresos y como financiar sus estudios y lejos están de estas preocupaciones investigativas sobre el nuevo conocimiento y la innovación universitaria y menos les corresponde definir estrategias sobre el futuro de esta cuando están en plena formación y no saben lo que no saben.

En educación, en creación del conocimiento -e investigación que lo sustenta- no existe  solución simple para problemas complejos, menos si no se cuenta con una estrategia y planes bien elaborados.  Los problemas ya han sido enunciados por políticos, expertos y directivos por décadas, pero no han sido resueltos por falta de estrategias adecuadas. Finalmente planes y estrategias sobre educación universitaria sin control, de poco sirven de acuerdo a nuestra experiencia sobre estrategias de desarrollo de esta industria del conocimiento y el saber.

Omar Villanueva Olmedo

Director

OLIBAR Consultores

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