Fenómenos Naturales: La Cigarra y la Hormiga

Terremoto y tsunami o maremoto (no tusunami ni marepoto) el 27/2/2010 en Chile, enero 2011 completo con lluvia en La Araucanía, lo de Japón (sumado a Fukushima), días que amanecen soleados y terminan en lluvia torrencial en otoño en Temuco, Erupción al estilo “El Señor de los Anillos” en Puyehue, diluvio en Coquimbo, tornado en Villarrica, y cuantos episodios que se me escapan. Si alguien aún no logra entender el concepto de “cambio climático” sería bueno que se haga ver.

Lo cierto es que el mundo ya no es como era, y acá sí vale eso de que todo tiempo pasado fue mejor, o al menos más confiable, sino, sería bueno que le pregunte a su agricultor amigo que le parece que un mes de verano llueva sin parar.

El cambio climático es un fenómeno que algunos podrán atribuir al ciclo de la vida, yo prefiero ser un poco más desconfiado y asignar una buena cuota de responsabilidad del asunto a nuestra falta de compromiso con el lugar sobre el cual vivimos, aquel que llamamos Tierra.

Cada vez que un Estado como EEUU no firma el Protocolo de Kioto (aquí el link), o cuando las políticas de generación de energía de otro Estado consideran Termoeléctricas, o el uso de petróleo, en vez de las ERNC, aportamos a este fenómeno. La Capa de Ozono durante mucho tiempo permitió a la gente entender que las cosas iban mal con los Polos, pero claro, alguien –astuto- prefirió inventar un protector solar que una solución para regenerar la Capa, bonito, pero parche, no solución.

Cada vez que una especie animal desaparece, se genera un bache en la cadena de vida (suena mejor que “alimenticia”) del Reino Animal, equivalente a la ausencia de un funcionario en la obra de teatro, podríamos decir que de un día para otro, el encargado de las luces ya no está. Cada vez que desaparece un bosque nativo y es reemplazado por uno exótico, generamos un desorden en la orquesta de la naturaleza, en otros casos, dañamos la capacidad pulmonar de nuestra casa, y ésta se pone un poquito más hedionda.

Es fundamental entender que todo lo que hacemos en La Tierra, está vinculado, si movemos algo en una parte, se genera un efecto en otra, es algo absolutamente obvio, pero por alguna extraña razón, varias veces económica, evitamos hacerle frente, o acallamos a quienes hacen la denuncia.

Es hora de un cambio humano: debemos cambiar nuestras políticas estatales, nuestras conductas personales (como esa maldita costumbre de botar basura en la calle), nuestros procesos industriales.

Debemos invertir y avocar nuestros esfuerzos a la Sustentabilidad Humana y reconocer al Cambio Climático y a sus hermanos como nuestro nuevo y común enemigo, de la humanidad y de La Tierra, y reducir -por ejemplo- los presupuestos para armas de los Estados, pues esta es una guerra que nos amenaza como raza y somos todos -para estos efectos al menos- del mismo equipo no sirviendo que prescindamos a balazos de nuestros propios soldados.

En resumen, debemos aprender a vivir en La Tierra como las Hormigas que trabajan juntas para protegerse del duro invierno, pensando siempre en el futuro y en la supervivencia de la especie y dejar de vivir como la Cigarra que sólo se preocupa de disfrutar el momento y de consumir y desechar pensando que otros limpiarán o arreglarán el problema, pues en la espera, seguro sobrevivirán sólo nuestros edificios y nuestra basura, que ciertamente, no nos irán a dejar flores.

José Luís Pérez Bañares “PTT”

Vocero de Araucanía Sustentable

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