El duelo de los familiares de los siete brigadistas que fallecieron mientras cumplían faenas de extinción del fuego en la comuna de Carahue, podría durar varios años.

Así lo explicó la directora de la Escuela de Psicología de la Universidad Santo Tomás, Pamela Angulo, quien junto a la jefa de carrera y psicóloga, Mabel Guillén, participaron en la atención psicológica inmediata a los parientes de las víctimas que llegaron al Servicio Médico Legal a horas de ocurrida la tragedia.

La profesional indicó que “el duelo de estas familias puede durar varios años y dependerá en el tiempo que tarden en aprender a vivir con la pérdida” acotó la profesional quien asistió junto a su colega atendiendo una solicitud del Gobierno Regional.

En el proceso ambas profesionales de la UST, asumieron la tarea de atender las reacciones de impotencia, rabia y tristeza de los familiares. Asimismo, los acompañaron en el complicado trámite de la identificación de cuerpos. 

A quince días de la tragedia, la visión de la directora de la Escuela de Psicología radica en no abandonar a estas personas.    “Hoy afrontan la difícil tarea de aceptar lo que pasó y para ayudarlas en esta aceptación, es indispensable no dejarlas en el desamparo y acompañarlas en el contexto de expresar libremente su angustia sin sentir culpa frente al otro. De hecho cuando los asesoramos en el SML  planteamos la necesidad imperiosa que los parientes directos y el resto de la familia sean acompañados por un tratamiento clínico permanente” acotó.

Quizás los más afectados, añade Angulo, sean los niños. “Ellos podrían experimentar trastornos de depresión y de angustia al sentirse solos, y eso dependerá de cómo los adultos, que son sus modelos a seguir, asuman la pérdida. Recordemos que muchos de los que murieron tenían niños pequeños y eran el sustento de sus familias lo que no deja de ser relevante en este proceso” indicó.

La psicóloga, quien ha participado de programas de apoyo a personas en situaciones vulnerables, reconoce que ha sido una de las situaciones más complejas que ha debido experimentar durante  su quehacer profesional, y valora que el Gobierno haya confiado en la idoneidad de los profesionales de la Escuela de Psicología de la UST Temuco para auxiliar en la tragedia.