El cambio climático: un reto político

El cambio climático: un reto político

20 Enero 2012

El experto británico Dimitri Zenghelis señaló que la peor forma de desarrollo es la que está asociada a un mayor gasto de energía. Por Nancy Ramírez.

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Con un llamado a los expertos a generar un programa de ahorro de energía que desvincule el crecimiento económico del consumo energético, concluyó el seminario “Cambio climático un reto político”, organizado por la Fundación Friedrich Ebert y la presidencia del Senado,  que se desarrolló durante dos días en el ex Congreso Nacional.

El representante de la Fundación Ebert  en Chile, Alberto Koschuetzke, indicó al respecto que se puede avanzar en el desarrollo trabajando con "eficiencia energética".

Situación mundial

"Hoy en Europa y Estados Unidos nadie se atreve a vincular estas dos cosas como algo igualitario", pero "en América Latina es así. Acá, si queremos crecer al 5% debemos hacer 5% en generación de energía y eso es absolutamente absurdo", explicó.

Entre los expositores invitados destacaron el brasileño Luiz de Carvalho y Dimitri Zenghelis, del Instituto Climático de Londres y coautor del Informe Stern.

Zenghelis planteó que no sólo asistimos a cambios sustantivos en la geografía física del planeta, sino también a transformaciones sobre la geografía humana, con transmigraciones provocadas por los efectos del calentamiento global. El analista británico subrayó que cuanto más se demore en tomar medidas efectivas al respecto, mayores serán los costos económicos y humanos.

Precisó que los países ricos y más desarrollados tanto en Asia, Europa y EE.UU. y algunos países de America Latina, están logrando un crecimiento económico no a través del mayor uso de energía, sino que a través de procesos de innovación, de desarrollo tecnológico y estudios científicos.

"China está tratando de llegar a un estado de bienestar como los países europeos y EE.UU. que tienen tareas y metas de ahorro energético y de aumento de la eficiencia energética muy exigentes; de hecho, están planificando en los próximos años reducir más del 40% de la eficiencia, es decir, lograr el mismo resultado con 40% menos de consumo energético, que es una tarea muy exigente pero que demuestra que crecimiento y consumo energético no van en paralelo", indicó Dimitri Zenghelis.

En Chile, tal vez  no es la única solución de enfocarse casi 100% en la hidroelectricidad, sino buscar todas las posibilidades de energías renovables para llegar a metas un poco más exigentes, señaló el experto.

Concluyó que, a su juicio, es indispensable el rol regulador de los Estados para reducir las emisiones de CO2, causantes del efecto invernadero.

Por su parte, Luiz de Carvalho, asesor especial del  Ministerio del Medio Ambiente de Brasil, postuló que es necesario no sólo hablar de desarrollo sustentable, sino también inclusivo. Con ello alude a la necesidad de enfrentar de modo integral las cuestiones más álgidas del desarrollo,  encarando simultáneamente los problemas vinculados a la pobreza y los medioambientales. Al plantear la planificación del gobierno brasileño en la materia, de Carvalho destacó el sistemático esfuerzo puesto en excluir al máximo el uso del carbón, uno de los combustibles más contaminantes. Según el experto, las mayores emisiones en Brasil son causadas por deforestación, proceso que viene en franco retroceso en su país, que ya ha logrado alcanzar el 70% de las metas de reducción de emisiones de dióxido de carbono.

Chile

En lo que respecta  a Chile,  diversos participantes subrayaron la debilidad del Estado a la hora de hacer cumplir las regulaciones. Flavia Liberona, de la Fundación Terram, fue aun más lejos al señalar que, en realidad no se trata de una mera cuestión de cumplimiento, sino que los gobiernos, en general, han carecido de regulaciones mínimas en la materia. En consecuencia, aunque quisieran imponer restricciones,  a menudo carecen de los instrumentos legales para hacerlo. Desde una perspectiva crítica, Santiago Escobar, coordinador editorial de El Mostrador, denunció en su exposición el encubrimiento de graves problemáticas medioambientales por parte de diversos medios de comunicación. Este punto  fue profundizado por Marcos Enríquez- Ominami, presidente del PRO,  que apuntó a la estrecha conexión que existe entre ciertos canales de televisión y periódicos y determinados grupos económicos particularmente interesado en silenciar  conflictos ambientales.

Desde la mirada de la sociedad, varios participantes acusaron la exclusión de las organizaciones ciudadanas en la toma de decisiones que les afectan directamente. Ello es especialmente conflictivo en la zona norte del país, en donde escasea el agua. De acuerdo con lo señalado por Carlos Pérez, consejero regional de la provincia de Copiapó, algunas mineras situadas en la alta cordillera consumen las mejores aguas, en tanto que la población recibe poco agua y de menor calidad en lo que respecta a su pureza.

Enfatizaron la necesidad de buscar vías de comunicación ciudadana en este ámbito, de modo que la ciudadanía pueda no sólo acceder a información transparente y de calidad, sino también poder activar canales para plantear sus inquietudes y demandas  frente a los organismos e instituciones competentes en la materia. La participación ciudadana es, indudablemente, un componente fundamental para la construcción de una política pública viable en el mediano y largo plazo, concluyeron.