Accidente Cerebrovascular: ¿Qué pasa con el sistema de garantías?

12 Abril 2018

La comunidad médica establece en 6 horas el plazo para tratar un ACV una vez presentados los síntomas; sin embargo, nuestro sistema GES (ex AUGE) solo garantiza la conformación diagnóstica a las 72 horas de una sospecha.

Especial >
authenticated user Editor

Hay un consenso en la comunidad médica en que la reacción rápida en el caso de un accidente cerebrovascular (ACV) es clave para evitar secuelas graves e incluso para salvar una vida. De ahí que entre los neurólogos se ha instalado como una verdadera consigna la frase “tiempo es cerebro”, famosa expresión acuñada por Jeffrey Saver, de la Universidad de California. Luego de la aparición de los primeros síntomas, no debieran pasar más de 6 horas para que un tratamiento tenga más posibilidades de éxito.

Para que este tiempo se cumpla, son claves muchos factores: el primero es que los síntomas sean reconocidos rápidamente. Y en esto, hay mucho que avanzar. Según datos del Mninisterio de Salud, sólo el 0,57% de la población chilena reconoce 2 de los 3 síntomas más importantes de un ACV. Estamos muy lejos, comparado con España, donde es el 32% o con Reino Unido, donde el 40% de las personas reconoce los 3 síntomas principales.

También es muy importante el reconocimiento de los síntomas por parte de los equipos de atención pre-hospitalaria, en los espacios de urgencia. Si no hay un pre-diagnóstico rápido y eficaz, las consecuencias pueden ser graves. Y por último, el acceso a imágenes en el diagnóstico es crucial para determinar la viabilidad del tratamiento.

Pero en Chile tenemos un problema adicional: el GES (ex AUGE) cubre el ACV, pero garantiza una confirmación diagnóstica, sólo 72 horas después de la sospecha, muy lejos de las 6 horas establecidas para ejecutar un tratamiento eficaz, lo que además está determinado en la propia Guía Clínica publicada por el Ministerio de Salud el año 2013.

Esta brecha entre el tiempo que médicamente se establece para realizar un tratamiento y lo que el sistema de salud garantiza, seguramente se explica por las deficiencias que aún tenemos como país para dar respuesta a un evento como este en todo el territorio nacional. No se puede garantizar lo que materialmente no se puede cumplir. Pero al mismo tiempo nos muestra la importancia, la urgencia y la prioridad que debemos darle a la solución de estas deficiencias, para enfrentar lo que constituye la principal causa de muerte en Chile.