Queremos una nueva Constitución: Un nuevo Chile, más justo, igualitario e inclusivo

Queremos una nueva Constitución: Un nuevo Chile, más justo, igualitario e inclusivo

16 Octubre 2020

La Constitución actual señala que todas las personas nacemos libres e iguales en dignidad y derechos, pero eso no se evidencia en un acceso público a la salud, la educación, o el trabajo.

Fiorella Repett... >
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En el actual modo pandemia en que nos encontramos, que -habrán notado- implica un constante bombardeo de Lives, Webinars, Conversatorios, Podcats, Videollamadas, reuniones por Zoom, etc, el día jueves 08 de octubre el proyecto “Ahora Nos Toca Participar” realizó un evento digital llamado: Voces Territoriales, esta vez sobre “Discapacidad, Participación Política y Proceso Constituyente”, enfocado en la Región Metropolitana y en la región de Magallanes y Antártica Chilena.

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Obviamente reservé mi agenda para participar de esta actividad porque, además de impulsarlo desde el Consejo de Magallanes donde participo representando a la Sociedad Civil por la Acción Climática de Magallanes, me interesaba conocer con mayor detalle la opinión del ¡20% de nuestra población chilena! que se encuentra en situación de discapacidad (de acuerdo a datos entregados por el II Estudio Nacional de la Discapacidad realizado el año 2015).

Esto me sorprendió, el porcentaje de población en situación de discapacidad en nuestro país es mayor que la población indígena y que la población adulta mayor, y ¿sabías que, siendo que representan un 20% de la población chilena, las personas en situación de discapacidad no cuentan con una participación directa en la política de nuestro país? Muchos de ellos no tienen acceso a la información, ni la necesaria accesibilidad para su participación al momento de ir a sufragar.

Otros datos me chocaron, fue que la proporción de mujeres en situación de discapacidad es mayor a la de los hombres, y que estas además de ser vulneradas por ser mujeres, son doblemente vulneradas por ser mujer y encontrarse en situación de discapacidad. Considerando que el 81% de las personas en situación de discapacidad tienen entre 2 y 3 enfermedades, dependiendo de tratamientos y visitas médicas permanentes, viven en constante precariedad. Además, al menos el 40% requiere de cuidados permanentes, siendo muchas veces sus padres o parejas quienes ejercen el rol de cuidadores, los que tampoco reciben un sueldo por este trabajo de dedicación permanente, viendo disminuida la posibilidad de ingresos familiares y sin recibir el apoyo necesario del estado.

En cuanto a políticas públicas, en Chile el año 2010 se establece la Ley 20.422 sobre Igualdad de Oportunidades e Inclusión Social de personas en situación de discapacidad y recientemente el año 2017 la Ley de Inclusión Laboral, ambas promulgadas respectivamente durante el primer y segundo gobierno de Michelle Bachelet. Sin embargo, lo más importante es considerar que nuestra Constitución actual no hace referencia expresa a las personas en situación de discapacidad ni tampoco se considera en ningún momento el acceso a rehabilitación como un Derecho Constitucional o la accesibilidad universal como un deber del Estado.

La Constitución actual señala que todas las personas nacemos libres e iguales en dignidad y derechos, pero eso no se evidencia en un acceso público a la salud, la educación, o el trabajo. Las personas en situación de discapacidad piden que se les reconozca en la Constitución como sujetos de derechos, y no de caridad. No desde el paternalismo social, o el asistencialismo, ni de mantener conductas discriminatorias, sino desde el respeto y la inclusión. La inclusión social de las personas en situación de discapacidad en todas las etapas de su vida sin duda depende de todxs nosotrxs, ya que las dificultades que deben enfrentar no tienen que ver con su situación de discapacidad sino con las barreras del entorno, con la vulneración de sus derechos, con la intolerancia, la discriminación y la falta de oportunidades de que son objeto.

Me resuena una frase que señaló Charlot Carrasco durante el conversatorio: “Si todos fuésemos inclusivos no sería necesario incluirlo en la Constitución”. Sin duda, es urgente educar para lograr una real integración e inclusión social. Sin embargo, hasta que nuestra sociedad cambie hacia una sociedad más justa, igualitaria e inclusiva, podemos comenzar a generar los cambios necesarios en esta oportunidad que tenemos de construir una nueva constitución que nos incluya a todas, todos y todes.