Opinión: Elecciones para reír y llorar

Opinión: Elecciones para reír y llorar

19 Noviembre 2013

No podemos festejar que varios candidatos que tuvieron una excelente votación individual y, a veces, la primera mayoría en sus distritos y circunscripciones, finalmente no puedan convertirse en senadores y diputados en función del injusto sistema binominal.

Juan Pablo Cárdenas >
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No se trata precisamente de un “triunfo de la democracia” el proceso electoral del último domingo. No veocómo podría constituir una victoria que más del 50 por ciento de los ciudadanos no haya concurrido a sufragar por ninguno de los 9 candidatos presidenciales, los centenares de postulantes al Parlamento y los miles de chilenos que postularon para convertirse en consejeros regionales. Tampoco no parece posible celebrar que se incremente el número de ciudadanos, pero cada día haya menos interés en elegir a sus representantes, como que en el mismo día de los comicios un destacado contingente de estudiantes secundarios y universitarios se tomó el comando de la candidata que ganó para manifestar su repudio a la elecciones, además de señalarle al país que los cambios hay que ganarlos “en las alamedas y no en La Moneda”.

No podemos festejar que varios candidatos que tuvieron una excelente votación individual y, a  veces, la primera mayoría en sus distritos y circunscripciones, finalmente no puedan convertirse en senadores y diputados  en función del injusto sistema binominal que rige para designa a los parlamentarios y que únicamente favorece a las dos listas más votadas, aunque al interior de éstas los desacuerdos sean contundentes.

Bochornoso, más bien, nos parece que, con el despliegue más intenso y millonario de propaganda callejera y mediática de toda nuestra mayoría electoral, más de la mitad del padrón electoral no se haya pronunciado y que un número indeterminado, pero sustantivo, de votos haya “jugado a ganador” apoyando a los candidatos con más publicidad e imagen pública. 

No en vano el candidato presidencial que obtuvo el cuarto lugar con descaro nos advierte que en los próximos años se va a dedicar a juntar dinero para tener mejor rendimiento electoral en la próxima carrera hacia La Moneda. Es evidente que en los magros resultados de los candidatos menos votados pesó la irresponsable atomización de la izquierda pero, también, sus escuálidos recursos económicos  en relación a las dos candidatas del llamado duopolio político que competirán de nuevo en segunda vuelta.

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