Opinión: ¿Adversario recto o amigo ambiguo?

09 Junio 2011

Sobre los vaivenes de los políticos y sus discursos, escribe Matías Carrozzi, sociólogo.

Matias Carrozzi >
authenticated user Corresponsal

Las políticas y políticos serios suelen ser reconocidos por seguir un plan maestro (doctrinario, social, da igual) que los define y muestra al mundo, bien o mal, como países y personas rectas, consecuentes, que buscan materializar propósitos comunes y particulares, sin que las presiones o vaivenes de la democracia de las encuestas los desvíen de aquello que creen correcto.
 
Puede que no te guste el plan que presentan o que aún lo estén afinando, pero (como reza el dicho) mejor diablo conocido, que santo por conocer. Dicho de otra manera: mejor un adversario recto, que un amigo ambiguo.
 
He sido majadero en señalar los peligros que representa para nuestro orden social y político el que las autoridades y dirigentes modifiquen su conducta y discursos dependiendo de la “opinión” que refleja una encuesta, que si bien son herramientas  útiles para ir tanteando el impacto de algunas políticas públicas o nivel de conocimiento de un personaje determinado, en su mayoría carecen de mérito técnico para, por ejemplo, decidir si Chile necesita una planta hidroeléctrica o si es necesario aumentar un punto la inversión en educación.
 
Así como es imposible resolver sobre todas las demandas que recogen las empresas dedicadas a construir los datos, absurdo es intentar administrar un país mientras  sus autoridades se dejan manipular por la belleza mediática que estas encuestas provocan.
 
¿Ejemplos?
 
Ver a un grupo de congresistas de “gobierno” protestando en una marcha en Requínoa o verificar la “voltereta” ideológica de los senadores Alvear y Zaldívar sobre la entelequia del matrimonio entre personas del mismo sexo es súper atractivo en términos mediáticos, pero ciertamente decepcionante para las personas que votaron por ellos (a favor y en contra).
 
Ver al Vicepresidente de la DC, Fuad Chahín, decir que su conglomerado ya no tiene sentido o leer del asesor de imagen de Laurence Golborne y Joaquín Lavín, el actor Vasco Moulian, que el Presidente Piñera quiere destruir la imagen del Ministro de Minería para favorecer a Rodrigo Hinzpeter en una eventual competencia presidencial, en fin, puede ser “re shori” y despertar las más seductoras declaraciones, sin embargo, ensucia el talante que deberían exhibir aquellos que, se supone, buscan lo mejor para quienes habitamos en Chile.
 
Así como para los temas internacionales se dice que hay una sola voz y que ella representa lo mejor para el país, bueno, sería interesante ver si son capaces de imitar la sensación en lo local y elevar el nivel de la política. Pero ojo, ello no pasa por salir más en las radios, esperar ansiosos el diario del otro día para ver a quién invitar al Congreso, fotografiarse tocando guitarra para la portada de una revista o llamando vehementemente a la unidad nacional en la mañana y apuñalar a tus adversarios en la tarde.
 
Ganarse el respeto y reconocimiento de la gallada a punta de ideas y convicciones es sin duda la mejor manera para seguir gobernando (o volver a hacerlo).
 
Un abrazo y que tengan una excelente semana.
 
 
Matías Carrozzi
Sociólogo