Los desafíos e interrogantes que plantea el fin del binominal

29 Abril 2015

El fin del sistema electoral binominal, aún deja algunas dudas entre parlamentarios y expertos, quienes llaman a que se complemente esta reforma con otros proyectos de ley, como el de financiamiento de la política y el límite a la reelección. 

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“Hoy es un gran día para la democracia, hoy hemos dejado atrás la condena del sistema binominal que por tanto tiempo limitó a nuestra representación política. Era un sistema concebido a partir del miedo, el miedo a la libre determinación de las personas, a la representación plena, a la inclusión, a la mayoría, a la participación plena, a la competencia y a la plena democracia”, fueron las palabras con las que la Presidenta Bachelet anunció el fin del sistema electoral binominal por un sistema proporcional corregido.

Si bien parlamentarios y expertos coincidieron con la Presidenta al señalar que este cambio un avance en cuanto a la forma de elegir a los representantes en el Parlamento en Chile, persisten algunas dudas con respecto de su efectiva contribución al mejoramiento del sistema democrático, tanto en el acceso de nuevas fuerzas políticas al Poder Legislativo como en el fin de la influencia del poder económico sobre el político.

Una de las críticas vertidas sobre esta reforma es el gasto que implicaría financiar 47 nuevos parlamentarios, 35 diputados y 12 senadores, ya que mientras el Gobierno asegura que no reportará un incremento en el presupuesto público, desde la oposición señalan que, según un informe de la Biblioteca del Congreso publicado en agosto pasado, serían 13 mil millones de pesos adicionales al gasto fiscal.

El Director del Observatorio Político Electoral de la Universidad Diego Portales, Mauricio Morales, sostiene que el nuevo sistema electoral sí se traducirá en mayor gasto, pero enfatiza en la necesidad de que el Ejecutivo, por el contrario, sea capaz de comunicar a la sociedad que mejorar la democracia requiere desembolsar más dinero.

“Si bien se le está transmitiendo a la ciudadanía la idea de que la reforma no va a implicar financiar más políticos, sí puede suceder que, dado el nuevo presupuesto con el que se cuente para financiar a los nuevos congresistas, sí existe un gasto adicional por parte del Fisco, y lo que debiera transmitir el Gobierno es más bien otra cosa, y es señalar que para que exista una mejor democracia, hay que meter más dinero y eso implica una mejora no solamente en la representación, sino que también en la provisión de políticas públicas para los ciudadanos, y eso lo deberían tener muy claro”.

Otro punto a considerar por los expertos tiene que ver con la efectiva renovación de los integrantes del Congreso que esta reforma pudiera traer, ya que tanto para Morales como para el director del Instituto Libertad, Antonio Horvath Gutiérrez, los nuevos 47 escaños que tendrá el Parlamento, en su mayoría, se repartirán entre las fuerzas políticas dominiates: La Nueva Mayoría y la Alianza.

Para Horvath Gutiérrez, tanto el Ejecutivo como el Legislativo deben poner el acento en los proyectos que complementen esta reforma, como por ejemplo el financiamiento de la política, o limitar las reelecciones que tiendan a hacer realidad la aparición de nuevos rostros en el Congreso, y así evitar que los grandes conglomerados políticos continúen predominando en ambas cámaras.

“Hay que considerar de que este proyecto lo que hace es que baja el umbral requerido para poder salir electo, por lo tanto qué es lo que va a terminar pasando, en realidad le facilita bastante la pega a los que hoy día están en el Parlamento, por lo tanto hay que tener ojo en cómo se va a complementar este proyecto con otros proyectos, como por ejemplo un eventual límite a las reelecciones, o como por ejemplo un eventual sistema de financiamiento, y un eventual sistema que transparente la verdadera necesidad de hacer campañas políticas en torno a la realidad”.

El diputado independiente Vlado Mirosevic coincide con el análisis de Horvath en el sentido de que es necesario ahora establecer el financiamiento público de los partidos políticos, el cual por un lado, permitirá que las campañas políticas accedan a similares recursos, y por el otro que se termine con la cooptación de parlamentarios por las grandes empresas.

“Una cosa era cambiar el binominal, otra cosa era cambiar la Ley de Partidos, que se cambió parcialmente, pero lo más fundamental aquí para que haya una cancha pareja de competencia igualitaria para todas las fuerzas políticas de la sociedad, es que haya financiamiento público a la política, y con eso cortemos ese cordón umbilical entre las empresas, o estos grandes grupos económicos, y el Parlamento o la política en general. La manera de cortar ese cordón umbilical es con financiamiento público, por lo tanto yo sí estoy de acuerdo en que tiene que haber financiamiento público. Puede que este no sea popular hoy día, pero la verdad es que es la única manera de resolver el problema en serio”.

Si bien el diputado Mirosevic reconoce que con este nuevo sistema proporcional es más difícil para un independiente acceder al Congreso como figura individual, valora el hecho de que ahora se hayan reducido los requisitos para formar partidos políticos, con lo cual los candidatos fuera de pacto podrán formar sus propias plataformas político-electorales.