La Comadreja: Sobre el concepto de justicia social

La Comadreja: Sobre el concepto de justicia social

27 Enero 2021

Hayek destaca la palabra “social”, que se aplica a todo aquello que reduce las diferencias de ingresos, como una de las principales fuentes de la actual confusión de nuestro vocabulario moral y político.

Robert Weissohn >
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Se le atribuye a la comadreja la capacidad de poder ingerir el contenido de un huevo sin dañar la cascara. De manera semejante hay términos que, adicionados a ciertos vocablos, los vacían de su contenido dándole un sentido completamente diferente.

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Son las “palabras comadreja”. Hayek destaca la palabra “social”, que se aplica a todo aquello que reduce las diferencias de ingresos, como una de las principales fuentes de la actual confusión de nuestro vocabulario moral y político.

A partir de la Alemania de Bismarck que la incorporó a la agenda política, la palabra “social” se ha usado cada vez con mayor frecuencia para vaciar del contenido a cada uno de los sustantivos a los que se aplica. La triquiñuela ha resultado muy útil a los políticos para que puedan utilizar vocablos indispensables para su actividad, pero evitando las implicaciones que tienen las palabras en sí mismas.

Uno de los peores abusos es cuando se adiciona la palabra “social” al concepto de justicia. Hayek plantea que la tan recurrida expresión “justicia social” no es mas que un fraude semántico que ha causado un gran daño intelectual. La justicia consiste en dar a cada uno lo suyo, pero al adicionar el calificativo “social”, le da legitimidad al acto de arrebatar a unos lo que les pertenece para entregárselo a otros a los que no le pertenece. La palabra comadreja “social” extrae el contenido de la justicia para cambiar radicalmente su sentido.

La justicia deja así atrás su tradicional ceguera, que representa la igualdad ante la Ley, se quita la venda de los ojos y aplica su espada sobre algunos para generar la igualdad de resultados independiente del esfuerzo o los méritos de cada cual. El concepto de igualdad ante la Ley se reemplaza entonces por la igualdad por medio de la Ley.

Para peor, los que definen la forma -totalmente subjetiva- como esa “justicia social” se aplicará sobre nosotros serán los políticos, favoreciendo, claro está, primero a ellos mismos y después a sus partidarios y a los grupos de presión más efectivos y vociferantes.

Se abren así las puertas a un poder ilimitado del Estado -es decir de los políticos- para permitirles violar los derechos privados, las libertades y cualquier contrato privado en aras de establecer su particular sentido de justicia para tratar de establecer una igualdad que jamás se alcanzará, porque los seres humanos somos inevitablemente diferentes.

Todos los candidatos a constituyentes deberían tener en consideración lo planteado por Hayek y advertir estas trampas semánticas que favorecen el crecimiento sin límites del Estado, que es precisamente el peligro del cual nos debería proteger una Constitución.

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