¿Qué conmemoramos el día del niño y niña?: Más que un acto de consumo

¿Qué conmemoramos el día del niño y niña?: Más que un acto de consumo

17 Agosto 2020

Al comienzo esta celebración agotó sus esfuerzos en proteger de la desigualdad y el maltrato a millones de niños y niñas pero el paso del tiempo y consecuentemente, la apertura de los mercados hacia la libertad económica hizo que se transformara en uno de los hitos del comercio mundial.

Pablo V. Rodríguez >
authenticated user Corresponsal Corresponsal Invitado

Agosto debe ser uno de los meses más esperados por millones de niñas y niños de todas partes del país, porque se conmemora el bullado y comercial “Día del niño y niña”. Sus orígenes datan del año 1954, cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas recomendó a los estados miembros que fijaran, dentro de su calendario, esta celebración con el objeto de avanzar hacia la fraternidad y a la comprensión entre los niños del mundo entero[1].

Si bien, en sus comienzos esta conmemoración agotó sus esfuerzos en proteger de la desigualdad y el maltrato a millones de niños y niñas, el avance del tiempo y consecuentemente, la apertura de los mercados hacia la libertad económica hicieron que esta fecha se transformara en uno de los hitos del comercio mundial.

Chile no escapa de aquello. Se señaló en diversos medios de comunicación que el comercio preveía buenas ventas gracias al dinero que se gastaría con ocasión de este día tan especial, que se esperaba que alcanzara los dos dígitos. Además, ya los portales de las distintas multi tiendas, jugueterías y otros comercios afines adelantaron sus promociones y ofertas, dirigidas especialmente a quienes tenían la posibilidad de gastar.

No obstante, posiblemente, si hacemos el ejercicio de preguntarle a cualquier niño o niña por qué se les celebra en el mes de agosto, posiblemente no tendremos una respuesta más allá de lo comercial.

En este contexto, lo anterior nos tiene que llevar a la reflexión sobre si los niños y niñas son sujetos u objetos de este modelo económico; y en definitiva, si son objetos o sujetos de esta democracia. 

Lo planteo de este modo, porque recibimos noticias grandiosas sobre la oferta de productos que hubo en esta fecha, maravillándonos incluso sobre la disponibilidad de lo último que existe en el mercado pero, por otro lado, leemos y presenciamos situaciones que vulneran los derechos y la dignidad de estos niños y niñas.

Así, tenemos informes de la Policía de Investigaciones de Chile PDI que nos plantean situaciones de abuso dentro del Servicio Nacional de Menores SENAME[2], que se supone que es la entidad estatal encargada de proteger a la infancia más vulnerable del país; violencia desde la institucionalidad del Estado hacia la niñez mapuche[3], con un sesgo abiertamente discriminatorio; precario sistema de educación escolar pública, que genera segregación social[4] [5]; un preocupante incremento en la obesidad infantil[6], debido, entre varios factores, a una mala política pública que aborde y combata dicha enfermedad; o trabajo infantil[7] en precarias condiciones, sin garantías para su desarrollo personal, y con una falta de fiscalización y protección por parte del Estado.

 Todo lo enunciado debe, sin lugar a dudas, ponernos en la situación de conversar realmente si queremos celebrar a los niños y niñas de manera real, comprometiéndonos a superar dichos problemas; aportar al desarrollo integral de los mismos; comprometernos con su educación y crecimiento; exigir políticas públicas que aborden y solucionen los problemas en los cuales hoy viven; pero por sobre todo, a entender que no podemos reducir a un simple producto o servicio el bienestar y satisfacción de la niñez, sino que debemos entender y asumir que los intereses superiores del niño, niña y adolescente deben ser uno de los principios fundantes de nuestro Estado de derecho, que signifique que no sólo entregamos al mercado y sus múltiples oferta su satisfacción, sino además como sociedad asumimos un compromiso férreo con su desarrollo.


[1] En 1954, la Asamblea General de las Naciones Unidas, mediante la resolución 836 (IX) del 14 de diciembre, recomendó que se instituyera en todos los países un Día Universal del Niño y sugirió a los gobiernos que celebraran dicho día en la fecha que cada uno de ellos estimara conveniente.

[5] Bellei C., Cristián (2013) El estudio de la segregación socioeconómica y académica de la educación chilena, en: Revista de Estudios Pedagógicos, Vol. N°39, N°1, Facultad de Filosofía y Humanidades. Universidad Austral de Chile. Valdivia.