En Patagonia: Turismo, salmonicultura y minería deben ser sustentables

En Patagonia: Turismo, salmonicultura y minería deben ser sustentables

08 Agosto 2016

Cualquiera de estas tres actividades, pueden transformarse en formas muy destructivas inclusive el turismo, si no se tiene la capacidad de realizar un manejo serio y profesional.

Andrés Gillmore >
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Desde los años noventa que se viene desarrollando un incipiente desarrollo productivo paralelo en Patagonia entre la actividad turística, la salmonicultura y la minería; actividades, que muchas veces son atentatorias contra el medio ambiente y la proyección de desarrollo del territorio patagónico, sobre todo en lo que se refiere a la minería y la salmonicultura, que en el último tiempo han producido una importante contaminación en fiordos, islas, ríos, lagunas y reservas nacionales

Queramos o no, la salmonicultura y la minería, son procesos productivos que han llegado para quedarse, transformando la realidad de patagonia como un todo, con más negatividad que positividad para el desarrollo. Lo que hace indudable que deben mejorar sus formas y respetar el medio ambiente si quieren seguir incorporándose. Las tres actividades usufructúan de la calidad ambiental y escénica y del sello verde que adquieren al ser desarrolladas en territorios libre de contaminación. Pero en ninguno de los casos existe una normativa especializada en patagonia, que tenga la capacidad de normar y reglamentar el funcionamiento de las empresas. Esta realidad ha posibilitado grandes lagunas y ha propiciado la destrucción con el tiempo de la proyección territorial de patagonia.

El turismo de intereses especiales ha fortalecido la sustentabilidad en la identidad cultural, geográfica y territorial, en relación directa con la historia social y cultural del territorio patagónico, de una actividad que debería transformarse en un resguardador ambiental perse de Patagonia. La industria salmonera se ha beneficiado de la temperatura de las aguas, de su pristinidad y de la calidad ambiental única, que le otorga un gran plus ambiental a su producto dada la denominación de origen. La minería, abusa de la lejanía del territorio y de yacimientos que aún no han sido explotados.

Estas tres actividades productivas han logrado ensamblar en forma global, beneficios para el mundo regional del mundo patagónico, pero al mismo tiempo ha puesto sobre la mesa, importantes desafíos que deben cumplirse, si de verdad queremos un proceso de desarrollo,  que tenga la capacidad de proyectar el territorio patagónico en forma sustentable y que las actividades obtengan un rol relevante en la economía de patagonia y que el mayor número posible de comunidades puedan hacerse parte de esta manera de hacer desarrollo.

Cualquiera de estas tres actividades, pueden transformarse en formas muy destructivas inclusive el turismo, si no se tiene la capacidad de realizar un manejo serio y profesional, en lo que concierne a los diferentes tipos de manejos que se necesitan a la hora de planificar su desarrollo; de no hacerlo, rápidamente pueden acabar con la riqueza de los patrimonios naturales, culturales y sociales de toda la Patagonia, con implicaciones muy negativas para las comunidades y la proyección del desarrollo que también ostenta en la actualidad patagonia. Nada puede proyectarse con seriedad y con perspectiva de futuro, si no existe una política de desarrollo, que preserve el medioambiente y el medio social por sobre todas las cosas y regule en forma profesional el formato territorial y el uso de Parques y Reservas Nacionales. De no ser así, estaríamos poniendo en riesgo el tesoro natural que representa el territorio como un todo y lo único que haremos, será, fomentar el deterioro de los recursos naturales que sustentan estas actividades y que los sitúan bajo este concepto, con una gran proyección de futuro.

Como tal y en consecuencia, se hace más que imprescindible que todas las actividades económicas en lo que reconocemos como zona patagónica, deben ser consideradas en primera instancia y como base de sustentación, como reservas de vida y tener la capacidad de convertirse en desarrollos funcionales y sostenibles en el tiempo, con un manejo armónico y balanceado en la territorialidad escénica donde están situados.

Toda actividad debe manejarse y sustentarse bajo el predominio de prácticas denominadas “responsables”. Para que pueda denominarse como “Desarrollos Sustentables” y deben tener la capacidad de satisfacer las necesidades del presente, sin comprometer el futuro del territorio. Para que una actividad pueda considerarse como sustentable; sus impactos económicos, sociales y ambientales, deben determinar el presente, sin limitar el futuro, con la misma plenitud con que están situados en el presente.

Lo que debemos reconocer como desarrollo sustentable en Patagonia, solo puede ser posible, cuando la actividad tiene procesos integrales y en base a ello, fundamentarse en los principios básicos que cualquier forma de desarrollo debe considerar en forma seria y profesional, si de verdad quiere sustentabilidad. El económico: con prácticas que aseguren el crecimiento y el mantenimiento en el tiempo de las empresas, del medio, en igualdad de condiciones con las comunidades; beneficiando empresas, empleados y comunidades por igual, y el ambiental: que debe desenvolverse con armonía y balance, en relación con los recursos naturales, trabajando por su conservación y cuidado, tomando en cuenta el elemento sociocultural-histórico, sin perjudicar el tejido social de la comunidades locales para revitalizar constantemente la actividad.

Teniendo como base la referencia de lo arriba definido, es posible afirmar, que una empresa de cualquier índole, que pretende alcanzar un desempeño operativo sustentable y transformarse en un aporte para desarrollarse en Patagonia. No sólo es aquella que promueve el ahorro y la responsabilidad del uso de los recursos que dispone; o aquella que involucra a la comunidad; o la que invierte en la mejor infraestructura y promueve una mejor calidad de servicio; o la que respeta el medio ambiente. La empresa solo es sustentable, si tiene la capacidad de unir los ítems arriba descritos integralmente en pos de un solo objetivo, para generar la sustentabilidad operativa, económica, social y ambiental y proyectarla al futuro.

El desarrollo sustentable que necesita Patagonia para obtener proyección de desarrollo, debe tener normas estructuradas que vayan de acuerdo con la realidad propia, para que empresas de cualquier tamaño, tipo o proyección productiva o de servicios, tengan la posibilidad de trabajar con ese objetivo. Para ello, debe crearse un organismo serio, competente, responsable, reconocido, altamente especializado y muy profesional en temas de territorialidad patagónica, que tenga la capacidad y sobre todo la autoridad, de aconsejar y certificar a las empresas en terreno y que a su vez, puedan optar a programas sustentables de operabilidad, de acuerdo con un marco regulatorio específico de patagonia, cumpliendo con los criterios requeridos, para que cuando las diferentes empresas seleccionen patagonia para hacer sus desarrollos, entiendan que deben respetar programas de certificación sostenible de gestión productiva.

Es sumamente necesario para la proyección del desarrollo de patagonia como un todo, tener la capacidad de proyectar procesos de evaluación y ayuda a emprendedores y empresarios en general,  para que sepan identificar los programas requeridos y entender los beneficios que obtendrán al tener la denominación de origen PATAGONIA, que demostraran las potencialidades de lo presentado y ser reconocibles en el mercado, con programas de certificación rigurosos; para que el mercado tenga la capacidad de cerciorarse en forma consciente, de los estándares identificados y que estos cumplen con las normativas básicas aceptadas en patagonia y que están de acuerdo con la idiosincrasia local. Retroalimentando positivamente el desarrollo y proyectando en forma positiva una Patagonia para todos y no solo para algunos.