La madre de Johnny Herrera, Gladys Muñoz, fue una de las víctimas fatales del coronavirus en la región de La Araucanía, hasta donde llegó el portero de Evertón de Viña del Mar para despedirla.

Según lo publicado en Las Últimas Noticias, Herrera salió desde la región de Valparaíso sabiendo que tenía pocas posiblidades de que su madre venciera el virus.

"Se me vino el cielo encima. Trataba de mantener la calma durante el viaje (a Temuco), pero mi gran temor era no poder despedirme” dijo el arquero de la selección chilena, quien logró llegar y entrar a ver a su progenitora internada en la Clínica Alemana de Temuco.

El futbolista comentó que entró con doble delantal, doble mascarilla, antiparras, de todo. "La pena es que no podía abrazarla, pero conversamos como dos horas. Ahí le decía que tenía que recuperarse porque Brunito (su hijo) lo único que quería era estar con la ‘Buela Laly`. Ella estaba consciente y hablamos. Nos quedamos esperanzados porque estaba mejorando. Seguía peleándola, como en toda su vida. Piensa que a ella dos veces se le quemó la casa y se volvió a levantar”.

Al recordarla expresó que “siempre fue una mujer luchadora y sabía que la pelearía. Siempre tuvo su carácter, a quién iba a salir yo. Tenía tanto carácter por todos los esfuerzos que tuvo que hacer para criarnos con mi hermano”.

Respecto a donde se contagió, Herrera relató que “había estado viajando durante los últimos meses. Iba a Villarrica, Pucón, Temuco. Quizás ahí se infectó”.