Cuando el dinero se mezcla con el deporte: Fútbol S.A en la mira

Cuando el dinero se mezcla con el deporte: Fútbol S.A en la mira

22 Marzo 2013
Pese a que en 2005 las Sociedades Anónimas Deportivas surgieron como la solución a la crisis que vivía el fútbol chileno, a ocho años de su implementación surgen críticas a la forma en que dichos conglomerados administran sus equipos.
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El 23 de enero de 2002 la jueza del vigésimo segundo Juzgado de Garantía de Santiago, Helga Marchant, decretó la quiebra de Colo Colo. Este hecho conmocionó a la opinión pública y desató un cambio radical en la institucionalidad deportiva del país.

La situación de los albos – sumada a las deudas que mantenían otros clubes del fútbol profesional chileno, que incluso derivaron en una paralización de jugadores ese mismo año –  dio paso a que el Ejecutivo impulsara una reforma al estatus de estas corporaciones. Así, se convirtieron en Sociedades Anónimas Deportivas  (SADP), que tenían como objetivo mejorar la administración y garantizar la transparencia de la entrega, por ejemplo, de los balances financieros.

De esta forma, la actividad que antes era manejada por corporaciones de derecho público sin fines de lucro, pasó a ser controlada por conglomerados empresariales, que a través de la compra de grandes paquetes accionarios, lograron el control de los tres clubes más importantes del país: Universidad de Chile, Colo Colo y Universidad Católica.

Los principales controladores de cada sociedad son: Corpbanca, Celfin Capital, BanChile y Bice Inversiones en Colo Colo;  Sociedad de Inversiones Alpes, Inversiones Santa Cecilia, Hiller Inversiones y el Grupo Penta en Universidad de Chile y IM Trust e Inversiones Santa Filomena en Universidad Católica.

Caso aparte es el de la corredora de Bolsa Larraín Vial, que administra paquetes accionarios en los tres equipos, concentrando una participación mayoritaria en Colo Colo con el 50,10 por ciento de los papeles del club.

 

Quiebras forzadas

Sin embargo, para los ex dirigentes de estos clubes, los procesos de quiebra que permitieron la elaboración de la Ley de Sociedades Anónimas Deportivas fue un proceso “forzado e ilegal”. A juicio del ex presidente de Colo Colo, Peter Dragicevic, al tener el club la figura de corporación de derecho público sin fines de lucro, “no estaba sujeto a quiebra y debió efectuarse otro procedimiento para sanear las finanzas de la institución”.

A juicio de Dragicevic, se optó por una lógica economicista, que dejó de lado al socio y al hincha. “El fútbol se ve como un elemento de consumo, que sirve a una funcionalidad y la parte emotiva y los sentimientos de las personas, son postergados”, comentó.

Opinión similar tiene el ex presidente de la Universidad de Chile, Rene Orozco, quien asegura que le advirtió al Gobierno los problemas que acarrearían las SADP, pero que no fue escuchado.

“Esa fue una suciedad porque el Ejecutivo se dejó llevar por este nuevo proyecto que le vendieron los mismos dueños de la plata, los de la AFP, de las Isapres y de los bancos. Ellos son los mismos que controlan las sociedades anónimas deportivas”, afirmó el ex dirigente.

A juicio de Orozco, los gobiernos no han tomado en cuenta la importancia que tiene el deporte en la sociedad. “Nunca han entendido – ni los de la Concertación ni los de esta administración- que el deporte es una actividad social y que, como tal, posibilita influir mucho en las conductas de los jóvenes”, dijo.

Para el vocero del movimiento Colo Colo de todos, Fernando Monsalve, la forma en que se llevaron a cabo las quiebras de estos clubes todavía genera dudas, más aun teniendo en cuenta quiénes fueron los beneficiados.

“Es bastante llamativo que las mismas corredoras que hicieron el proyecto de colocación de acciones, son las que dominan tres de los equipos más importantes de Chile. Quienes propugnaron esta ley, luego pasaron a ser accionistas y utilizaron de plataforma la institución, tal como ocurrió con el subsecretario de Deportes, Gabriel Ruiz-Tagle. Entonces cuando ocurren estos hechos, uno se remonta a cómo se produjo la quiebra del club”, sentenció.

 

Mala Administración

Pero más allá de los motivos que llevaron a la quiebra a estos clubes y que permitieron la creación de la ley de SADP, las críticas hoy apuntan a la mala gestión que estos grupos han tenido en las instituciones, tanto en lo deportivo como en la administración.

Miembros del  directorio ajenos al mundo del fútbol; descoordinaciones entre los cuerpos técnicos y las gerencias deportivas a la hora de comprar y vender jugadores y la nula capacidad de elaborar proyectos deportivos a largo plazo, son parte de las críticas que los hinchas de Colo Colo han hecho a la administración de Blanco y Negro S.A y que han derivado en protestas incluso al interior del estadio.

Para el ex presidente de la ANFP y actual dirigente de O´Higgins de Rancagua, Ricardo Abumohor, la ley de SADP es beneficiosa para el sector, pero reconoce que es necesario mejorar aspectos que eviten situaciones como las que afectan a Colo Colo.

“Es una actividad muy especial que está llena de sentimientos, pasión y de motivación. Es distinto a una empresa tradicional. En tu empresa puedes hacer muchas cosas, sin embargo, en el fútbol hay que tener más cuidado porque las decisiones que se tomen le afectan a la gente. Por eso es importante la calidad, la transparencia, la capacidad, el asesoramiento y que se revise la ley de las sociedades anónimas que tiene aspectos buenos y malos”, afirmó Abumohor.

 

Rendimiento versus rentas

Otro aspecto que preocupa es la poca rentabilidad que estarían logrando estas concesiones, pese a los buenos resultados deportivos que, por ejemplo, ha logrado la “U”.

Esto se explicaría por la política de venta y compra de jugadores cuyos ingresos finalmente no son reinvertidos en mejoras para el club. Es el caso de los millonarios traspasos de jugadores de Colo Colo, como Claudio Bravo, Humberto Suazo y Arturo Vidal, que no se tradujeron en contrataciones del mismo nivel de los que se fueron.

Similar situación vive la Universidad de Chile. Pese a vender al argentino Matías Rodríguez al fútbol italiano en seis millones de dólares, su reemplazo sólo costó dos millones y prácticamente no ha pisado la cancha.

Para el ex presidente de Colo Colo, Peter Dragicevic, este fenómeno responde a la lógica con la que actúan las concesiones, por lo que, a su juicio, urge elaborar una legislación que modifique este tema.

“Estamos insertos en un sistema que no va a rentar. Ni si quiera Universidad de Chile que ha tenido mejores resultados deportivos en los últimos años ha tenido rentabilidades interesantes en relación a lo que han invertido. Con la misma velocidad en que el Ejecutivo y el Legislativo apoyaron la entrada de las sociedades anónimas al fútbol, debieran estos mismos estamentos darle alternativas a la gente para que pueda recuperar sus clubes. Mientras no exista eso, no va a haber paz ni desarrollo en este deporte”, sentenció Dragicevic.

A la concesionaria Azul Azul se le reprocha además el hecho que aún no explicita cuál será el proyecto que dé origen al ansiado Estadio de la “U”, pese a que fue una de las promesas del grupo.

Para el doctor Rene Orozco, es imposible pensar que Azul Azul cederá un patrimonio tan importante como un estadio al club Universidad de Chile.

“Al señor Yurasek le preguntaron si el estadio nuevo iba a ser de la U y respondió que no, que sería de Azul Azul. ¿Ellos van a ser tan tontos como para entregarle un capital como ese a la “U”? El producto de esa inversión va a ser un estadio que se lo podrán arrendar a la U, a conciertos, programas de televisión o lo que sea que quieran hacer en el futuro”, advirtió Orozco.

 

Avanzar en soluciones

A la hora de buscar salidas a estos problemas, los entrevistados concuerdan en que hay que avanzar en una legislación que facilite el camino para la recuperación de los clubes por parte de los hinchas.

Para Peter Dragicevic, es necesario encontrar un modelo del tipo “capitalismo popular”, que otorgue beneficios tributarios a las personas que quieran optar por la compra de paquetes accionarios del equipo.

“Pienso que debiera levantarse un proyecto de ley que busque un modelo – que podría ser parecido a un capitalismo popular – que permita a los socios, hinchas y adherentes de un club recuperar la tenencia de las acciones con las facilidades tributarias del caso, tal como las tuvieron quienes tomaron los clubes. Tiene que ser un proyecto viable y que corrija un error que se cometió en algún momento”, señaló  Dragicevic.

Para el ex presidente de la “U”, Rene Orozco, deben ser los socios quienes elijan dirigentes en las corporaciones para que puedan presionar y fiscalizar el actuar de los directorios.

“Los socios son los dueños de esta institución. Ellos tienen que formar sus directivas, tal como nos eligieron a nosotros. Así recuperaremos el fútbol y sus valores. No hay otro camino. El otro es un negocio asqueroso”, sentenció.

En tanto, el vocero del movimiento “Colo Colo de todos” Fernando Monsalve, cree que la salida pasa además por la organización de los hinchas, que deben aspirar a tener presencia en los directorios.

“Al corto plazo el club tiene que representar a los socios de manera válida y con una voz real. Primero hay que fiscalizar y tener una postura fuerte. En un breve tiempo deberíamos estar en condiciones de hacer una compra del paquete accionario que nos permita tener dos o tres directores para tener el mando de esta Sociedad Anónima deportiva”, aseveró.

Finalmente, el actual presidente de O´Higgins, Ricardo Abumohor, indicó que no es necesario cambiar la actual institucionalidad, sino que regular la entrada de directores con verdadera vocación deportiva.

“La gran diferencia que veo es que hay instituciones que sólo miran el aspecto económico y hay otros que asumen lo deportivo y lo social. Para eso se requieren ciertos factores de desarrollo, teniendo en cuenta que siendo una empresa distinta a las demás, le puede ir bien o mal”, concluyó.

Por el momento, las Sociedades Anónimas Deportivas continúan en el ojo del huracán sin que existan iniciativas concretas para modificar algunos de sus aspectos más cuestionados.