Lecturas recomendadas: hombres lobos, Lovecraft por Houellebecq y otras alucinaciones

Lecturas recomendadas: hombres lobos, Lovecraft por Houellebecq y otras alucinaciones

03 Diciembre 2021
Ficción y no ficción en esta última entrega sobre libros relacionados al terror.
Daniel Carrillo... >
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El valle perdido y otros relatos alucinantes. Algernon Blackwood (Perla Ediciones, 2021).

Reconocido como un maestro de las historias de fantasmas y también recordado por su personaje John Silence -considerado el primer investigador de lo paranormal-, Blackwood exploró diversos terrenos del miedo, lo fantástico y lo extraño. En estas 560 páginas se reúne una muestra contundente de su obra, desarrollada principalmente durante las primeras décadas del siglo XX y que tuvo un fuerte influjo sobre íconos del terror, como H.P. Lovecraft.

Desde “La excentricidad de Simon Parnacute”, en donde un respetable profesor retirado sufre una arrebatadora iluminación después de comprar un mirlo cantor para liberarlo de su jaula, hasta el espectral y de creciente tensión “El señuelo”, los relatos de Blackwood mantienen su intensidad un siglo después. Todo esto, sobre un fondo donde se despliegan elementos de esoterismo, como el viaje iniciático, y la teosofía, además de religiones orientales y una fuerte presencia de la naturaleza como un elemento más del terror, lo que se aprecia, por ejemplo, en “Los sauces”.

H.P. Lovecraft. Contra el mundo, contra la vida. Michel Houellebecq (Anagrama, 2021).

En principio llama la atención que un polemista literario como Houllebecq le dedique un trabajo como éste a un escritor con una vida que podría parecernos algo anodina y cuya obra aparentemente no se deja entrever en las letras del autor francés. 

Sin embargo, el escritor logra desnudar en estas 130 páginas el alma misma de la vida y obra de Lovecraft, y de paso también la propia, porque su visión es tan personal como provocadora.

Para Houellebecq, el creador del “horror cósmico”, si bien parecía estar embarcado en una huida radical del realismo y de la vida cotidiana, fruto de una repugnancia profunda hacia lo material de la existencia –por ejemplo, su obra evita abordar el dinero y el sexo-, es en el fondo un materialista absoluto y un obsesivo racista. Ambos elementos, que sorprenden al francés en un primer momento, tendrían su raíz en el miedo, lo que instala a Lovecraft en un sistema de valores opuesto a los de la ilustración occidental.  

Otro punto interesante lo da Houellebecq en el prólogo, con la confesión de que en un principio escribió este libro como una especie de primera novela, de un solo personaje. 

En esta edición de la colección “Argumentos” de Anagrama, la profunda indagación sobre Lovecraft –que también es un juego de espejos donde se refleja el propio Houellebecq-, es precedida por una notable introducción a cargo de Stephen King. Especialmente llamativa es su referencia a los “riesgos laborales” de los escritores de terror y su desafío a que alguien escriba un cuento sobre la almohada de Lovecraft, proyecto que él desechó, por motivos muy atendibles.

Historia de los hombres lobos. Jorge Fondebrider (LOM Ediciones, 2015)

Según el autor, fue en “The Wolf Man”, película de 1941 dirigida por George Waggnery, que se establecerían las pautas de la figura del hombre lobo en el cine. Esto, a través del guión del alemán Curt Siodmak, quien incorpora dos características que no estaban presentes en el folklore en torno a los hombres lobo: la luna llena como gatillante de la transformación y la bala de plata como elemento mortal para la criatura. Justamente esta cinta, con la actuación de Lon Chaney Jr. atormentó las noches de infancia de Fondebrider, lo que con el tiempo decantó en un genuino interés por los licántropos. Y así, finalmente, en esta obra, que incluye diversas fuentes documentales y literarias, varias de ellas por primera vez volcadas al español, que ayudan a configurar un completo panorama histórico y cultural en torno a estas míticas bestias. 

El rastro de su presencia aparece desde la antigüedad en diversos rincones de Occidente, aunque el origen del lobo como especie se sitúa en Norteamérica, desde donde se dispersa por el estrecho de Behring hacia Europa y Asia, llegando a ser el máximo depredador europeo. Su fama, en general, ha sido negativa, aunque es en la Edad Media cuando alcanza las cotas de un peligro aterrador. La acusación de hombre lobo, en tanto, aparece en varios juicios por brujería y termina con brutales torturas y ejecuciones. Éstas comienzan a mermar con el llamado Siglo de las Luces, aunque la creencia en estas criaturas queda férreamente arraigada en las clases populares y los campesinos, lo que la cultura –cine, literatura, etc.- recogen hasta el día de hoy.

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