La primera vez que apareció en la historia una alfombra roja fue en la literatura, especificamente en la obra Agamenón, escrita por Esquilo en el 458 a. C.

Según cuenta el libro, el personaje protagónico, Agamenón, regresa de Troya, y su señora esposa, Clitemnestra, lo espera con un sendero rojo para simbolizar la batalla.

Además, las alfombras aparecen en las pinturas del Renacimiento, en tapetes o tapices de color rojo, estos siempre estaban a los pies de tronos o estrados donde se colocan gobernantes o figuras sagradas.

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