Una de las explicaciones acerca de la fascinación que ejerce el fútbol, en quienes lo practican y lo siguen, estaría en la prohibición de usar las manos, lo que conlleva una dependencia de la habilidad en el movimiento de los pies, lo mismo que se requiere para el baile. Esa asociación con la danza sería en parte la explicación de la universalidad del juego, amén de la simplicidad de sus reglas y la sencillez de implementos que son requeridos para su práctica.
No debe extrañar entonces que los mejores exponentes del balompié provengan da países como Brasil, Argentina y más recientemente África, en donde el baile es uno de los eje de la sociabilidad. En el transcurrir de esa historia, nuestro país más bien ha marcado el paso, lo que no ha impedido que siga siendo el deporte más masivo y que su acontecer sea reflejo del déficit que tenemos en muchas de nuestras instituciones.
¿Y Temuco, qué lugar ocupa en el globalizado mundo del fútbol? Hasta antes de la llegada del “Guru”, uno bastante oscuro y carente de interés más allá de los fanáticos a ultranza, porque si revisamos los últimos veinte años, no es mucho lo que podemos decir.
Vamos viendo, en 1990 ascenso a Primera División con el vergonzoso recorrido del hombre del maletín, de la mano del entrenador Luis “Guatón” Santibáñez. La incapacidad de retener a Marcelo Salas y darle una oportunidad en el club de su ciudad natal. Quiebra y vuelta a resurgir del verbo y sapiencia de Roque Mercury en el 2001 y de ahí un par de años de buenas campañas y de nuevo a la hoguera del descrédito.
La esperanza renació con la Sociedad Pehuén que se hace cargo del club, a principios de este año. Siete derrotas consecutivas bastaron para demostrar que la mano venía dura. Y entonces desde el firmamento mediático del fútbol chileno, el comentarista más polémico, además de entrenador de fútbol de la liga universitaria de Santiago, Eduardo Bonvallet, descendió del Olimpo de sus juicios implacables para tratar de levantar a este alicaído club, a punta de convertir cada partido en una brega en el cual la disputa por los puntos se volvió en algo central no sólo para el club, sino que para la ciudadanía de Temuco, que repleta el estadio en un campeonato, en que la aspiración es no descender a Tercera División.
Cada rival, del ahora Deportivo Temuco, es analizado con detenimiento. El “Gúru”, durante los días previos al partido,nos va informando de los movimientos tácticos que hará con sus dirigidos y de cómo todos los equipos están mejor armados que el nuestro.
El programa de televisión “Temuco La Ultima Frontera” nos da conocer de los rigores de las prácticas y la semblanza de los jugadores presionados ahora sí, a dar lo mejor, pues son parte del fenómeno que los ha lanzado a un protagonismo, que no estaba en sus cálculos más optimistas.
El “Gurú” agradece el cariño de la gente de Temuco y los hinchas gozamos al ver el estadio atiborrado de un público, variopinto y multi- etáreo, que confía en que las enseñanzas del hombre de impermeable azul harán el milagro. Y que el arquerito Lemus salvara goles cantados. Luc Besala, el camerunés respirará en el oído al que intente acercarse al área temuquense. El “tunguita” Troncoso mareará a los rivales para terminar perforando sus redes con los goles. El “Pipo” y su nuevo socio Valenzuela llenarán de habilitaciones a Neira e Ibáñez quienes serán los goleadores del campeonato.
Soñamos los temuquenses ahora, de improviso, diciendo Presente en el firmamento de la pasión de multitudes.