Beijing 2008 y la sombra de Montreal, Moscú y Los Ángeles

Beijing 2008 y la sombra de Montreal, Moscú y Los Ángeles

15 Abril 2008
Lo que ha sucedido con el recorrido de la antorcha olímpica, en el marco de la celebración de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, no nos debería sorprender.
Gonzalo Alarcón >
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Lo que ha sucedido con el recorrido de la antorcha olímpica, en el marco de la celebración de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, no nos debería sorprender. Es verdad, el boicot que ha sufrido su recorrido es inédito, y más que un símbolo de unidad y paz, se ha convertido, al parecer, en el símbolo de la violación de los Derechos Humanos por parte del país organizador, China.

En ese sentido, el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI) ha manifestado que el olimpismo está en crisis, pero que han vivido otras peores, aludiendo a la matanza de los atletas israelíes, en Munich 1972. Pero por qué no nos debería llamar la atención lo que esta sucediendo con el recorrido de la llama olímpica –lo cual no implica hacer oídos sordos a las graves y sistemáticas violaciones a los Derechos Humanos en China, y que en esta ocasión, hace alusión a los problemas vívidos en el Tíbet-.

Fundamentalmente, porque en la historia de los Juegos Olímpicos Modernos (celebrados inicialmente en Atenas, en 1896), se han registrado una serie de conflictos políticos, escándalos, atentados terroristas, y otros más, de los países anfitriones y también de los países participantes. Veamos unos cuantos ejemplos. Sin duda que el episodio más doloroso fue el asesinato de los atletas israelíes, durante la celebración de los Juegos Olímpicos de 1972, en Munich, por parte del comando terrorista Septiembre Negro.

Guerra Fría

Todo terminó dramáticamente, pues murieron 11 rehenes, 5 terroristas y un oficial alemán. La edición siguiente se llevó a cabo en Montreal, e inauguró la época de los boicots contra los juegos, a través del retiro de sus respectivas delegaciones. En esta ocasión, 24 países africanos se retiraron de los Juegos Olímpicos, como forma de protesta en contra del apartheid sudafricano. Cuatro años después, en Moscú 1980, los Juegos Olímpicos sufrieron el peor boicot de la historia.

En plena Guerra Fría, sumado a la invasión soviética a Afganistán en vísperas de la navidad de 1979, derivó en la renuncia de alrededor de 60 países de los Juegos, liderados por Estados Unidos. La respuesta soviética no se dejó esperar, y en la edición siguiente, en Los Ángeles 1984, la Unión Soviética, Alemania del Este (R.D.A.) y otros países de la órbita comunista se retiraron de la competencia.

El resultado, Estados Unidos arrasó en el medallero ante la ausencia de su principal rival y de otros países con potencial deportivo. No obstante lo anterior, no todo ha sido agraz, pues también se ha visto otras señales positivas en estos Juegos. Por ejemplo, hubo prejuicios para la celebración de los Juegos de 1968, en la ciudad de México, por su condición de país subdesarrollado y por los 2.300 m.s.n.m. en que se encontraba la ciudad.

Politización 

Sin embargo, los mexicanos demostraron capacidad organizativa y los Juegos Olímpicos se desarrollaron con total normalidad. Otro hecho simbólico, fue la invitación a Sudáfrica a incorporarse a los Juegos de Barcelona, en 1992, que había estado fuera de las olimpiadas a causa de su política segregacionista y racial. Por lo mismo, el boicot a la antorcha olímpica es un fenómeno nuevo, pero se inserta en una dinámica conocida, y que es la incuestionable y no deseable politización de los Juegos Olímpicos.

En esa dirección, es que debemos entender las palabras de Wang Wei, secretario general del Comité Organizador de Pekín, cuando decía que: "Confiamos en que la venida de los Juegos a China no sólo promocione nuestra economía, sino también mejore los derechos humanos". En esa lógica, si la postulación y posterior adjudicación de los Juegos por parte de China, apuntaba a un lavado de su imagen internacional, Beijing 2008 desde ya es un completo fracaso, pues la crisis del Tíbet y la constatación de que no ha habido un avance sustancial en el tratamiento y respeto de los Derechos Humanos, solo demostrarían el fracaso de ese objetivo.

No obstante lo anterior, no sabemos que sucederá después de la celebración de los Juegos Olímpicos de Beijing. Además, creo en el poder de las imágenes y de la información, y ni China es tan poderosa para revertir el poder y los efectos de la Globalización. Al final de cuentas, creo que un boicot masivo, como el de Moscú y Los Ángeles, solo enlodaría el esfuerzo de miles personas que están trabajando por el éxito de estos Juegos Olímpicos. Pues como dijo el Dalai Lama, líder espiritual de los tibetanos, la población china "se merece" que su país organice este año los Juegos Olímpicos, a pesar de la represión ejercida por su Gobierno contra las revueltas en el Tíbet.

Instancia deportiva 

En otras palabras, sería contraproducente que China no organice estos Juegos, ya que es una oportunidad para que China se muestre al mundo, y de esa forma puedan ocurrir cambios, encaminados a un mayor respeto en el tema de los Derechos Humanos y las libertades públicas.

No creo que sean transformaciones sustanciales, pero por algo se debe empezar. No nos dejemos llevar por actitudes reaccionarias y contrarias a lo que es eminentemente una instancia deportiva. Sabemos que la relación entre deporte y política esta presente.

Sabemos que en China se violan sistemáticamente los Derechos Humanos, pero separemos el trigo de la paja, y demos una oportunidad al deporte. Si siguiéramos con esta lógica de unir deporte y política, tampoco hubiese sido ética la adjudicación de los Juegos Olímpicos a la ciudad de Londres, en el 2012, en función de la participación británica en la invasión a Irak. Y para que hablar de Estados Unidos. Usted saque sus conclusiones.

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