Me contó hace muchos años mi tia que supera los setenta , que un chileno vivirá un gran terremoto, una inundación, una erupción volcánica a lo menos uno en su vida. Que todas nuestra generaciones desde antes que llegaran los españoles,saben por mano del pillan y luego de Dios que no hay bien mas preciado que la vida y la familia; y que sabremos de terremotos.
Pero, también recuerdo que me dijo que nada nos envia los astros que no podamos soportar. Muchos chilenos han muerto, lo han perdido todo; pero escoba y pala en mano, sacaremos los escombros, botaremos nuestros recuerdos familiares destruidos, pensando que tenemos tiempo para darle valor a otros bienes y crear nuevos y mejores recuerdos.
La vida no me ha golpeado, le dije una vez a un amigo, después de la muerte de mi madre, lo repetí despues que murió mi padre, sólo me ha zamarreado.
Hoy, medio Chile ha sufrido y la otra mitad ha perdido a visto sufrir a un familiar, compañero o amigo. Otra parte, muy mínima ha mostrado lo peor de nosotros, pillaje, robos, esos son los que sólo pueden tener perdon de dios y no de los ciudadanos.
Pero, como siempre aparece lo mejor, la solidaridad, los cariños, los abrazos espontaneos, los que vuelven a ver sus lugares de trabajos, o los que vuelven a ver a su trabajadores. Chile es asi.
Amigos, amigas.
La vida no nos ha goleado.
La vida sólo nos ha zamarreado, nos ha dejado vivo, respirando, agradeciendo a dios o la pachamama, que mañana esto sólo será una historia de viejos.