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El gobierno y la derecha una vez más tuvieron que REACCIONAR frente a una avalancha de demandas detonadas por la petición del Obispo Goic de un sueldo mínimo ético de 240 mil pesos. Hablamos de REACCIONAR, por que si no hubiese sido por el obispo nada de esto se estaría conversando. Nuevamente queda demostrada la poco sintonía que la clase política tradicional tiene con los problemas comunes de la gente.

 
Algo muy parecido ocurrió el 2006 con la denominada revolución de los pingüinos. Las demandas de los estudiantes, que literalmente no fueron pescadas por las autoridades en un comienzo, se tradujeron en una asonada juvenil que no se había visto por décadas en nuestro país. En millares los escolares salieron a la calle, se tomaron sus liceos y escuelas, y se organizaron a través de fotologs y blogs. Una de las soluciones al conflicto fue la creación de una comisión que buscaba transformar de raíz la educación chilena. Pasaron meses para que esta bullada comisión arrojara resultados y pasarán otros tanto meses más para que el congreso de luz verde a una nueva LOCE, que probablemente de transformadora no tenga mucho.

Para ser frente al tema del sueldo ético al gobierno se lo ocurrió formar una nueva comisión, denominada Consejo para la Equidad. Conformada por nada menos 48 integrantes, entre ellos  Joaquín Lavín, ex candidato presidencial, muy denostado en su momento, pero muy valorado en la actualidad. La comisión  deberá analizar, entre otros aspectos, la posibilidad de fijar un "salario ético". En voz del ministro de hacienda, el consejo sólo levantará PROPUESTAS al respecto.

¿Cuánto más pasará, luego, para que el parlamento apruebe una iniciativa al respecto?. En tanto, el máximo líder de la derecha durante la semana se dedicaba a comprar más acciones y llamar vagos a sus contendores políticos. Que pertinente y que nivel.

Una de las características más determinantes de nuestro modo de ser como país,  consiste en no darle urgencia a los temas que son realmente urgentes. Salvo excepciones. Destacables resultan, por ejemplo,  iniciativas de emprendimiento social como UN TECHO PARA CHILE, que avanza decidida a terminar con los campamentos de aquí al 2010, entusiasmo que probablemente proviene de  aquella recordada frase de Juan Pablo II; Los pobres no pueden esperar! Los que nada tienen no pueden aguardar el alivio que les llegue por una especie de rebalse de la prosperidad generalizada de la sociedad".

No se le da urgencia al tema creando comisiones de análisis y propositivas que duran meses y cuyos resultados probablemente sean  difusos. Se echa de menos más iniciativas originales y emprendedoras, como la mencionada, en las propuestas sociales de gobierno.  También se echa de menos en las conversaciones de las élites, alguna discusión  de verdad referente a la ineficacia del  modelo económico y político actual para disminuir la desigualdad.

Un modelo sustentado  sólo en la exportación de materias primas, nunca generará empleo de calidad con sueldos verdaderamente éticos. En conclusión, creemos que las respuestas que se buscan no la encontraremos en el consejo recientemente creado.