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Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS) una de cada cinco personas padece de hipertensión. Esta condición es una de las grandes culpables de problemas cardiacos y cerebrales, de hecho, es el principal factor de riesgo para que se gatille un accidente cerebrovascular (ACV).

La presión arterial alta se produce cuando los vasos sanguíneos tienen una tensión persistentemente alta y pueden dañarse, cada vez que el corazón late bombea sangre a los vasos, los que a su vez la transportan por todo el cuerpo. La tensión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de los vasos el problema se produce cuando esta es muy alta, ya que de esta forma es mayor la presión que tiene que hacer el corazón para bombear, lo que se traduce en un riesgo de daño al corazón y a los vasos sanguíneos de órganos como el cerebro y los riñones.

En gran parte de la población esta patología se puede prevenir con algunos cambios de hábito, tales como: mejorar la alimentación, dejar el consumo de tabaco, bajar el consumo de sal, reducir el consumo de alcohol y realizar más ejercicio. En algunas personas estos cambios no son suficientes, pero la buena noticia es que se puede controlar, para lo cual se debe tomar a presión en forma constante (especialmente los adultos sobre 40 años); En caso de tener hipertensión, se debe consultar a un profesional médico y comenzar un tratamiento que la mantenga controlada.

Como la hipertensión arterial es la mayor parte del tiempo un problema “silencioso”, la mejor forma de evitar que conduzca a una cardiopatía o ACV es realizarse chequeos constantes y tratarla. Diagnosticar y controlar la hipertensión es prioritario para mantener la buena salud de la población.