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A partir del pasado primero de octubre, comenzó a regir la nueva normativa que prohíbe la comercialización de cualquier estufa a leña que no se encuentre certificada por los laboratorios especializados, quienes determinarán si los productos contaminan menos de lo indicado en el decreto legal.

“No sabemos que vamos a hacer con el stock, que vamos a hacer si no podemos trabajar. No podemos seguir haciendo nada porque queda todo fuera de norma y así es un problema con todas las empresas del rubro”, enfatizó Fredy Gernert, representante estuferos Araucanía.

Iniciativa que apunta directamente a la fiscalización del comercio, la idea es verificar que a partir de ahora los productos que se vendan respondan a los estándares de calidad estipulados. “Una normativa que nos va a permitir entregar a la ciudadanía seguridad en torno al tipo de aparato que está comprando. Van a poder conocer cuales son los niveles de emisión que tiene ese aparato, van a poder conocer además cuales son los niveles de eficiencia, es decir, cuanto de lo que se quema se convierte en energía calórica”, declaró Marco Pichunman, seremi de Medio Ambiente.

Normativa que no deja para nada contentos al gremio de estuferos, quienes cuentan con un importante stock y ven con preocupación su futuro. “Los responsables son el Estado, el gobierno; ellos no tuvieron laboratorios para que nosotros hubiéramos empezado a hacer avances en las mediciones, y haber tenido la referencia de cómo íbamos. El laboratorio está hace un mes, yo escuché y leí una declaración de uno de los laboratorios, que en certificar una estufa se demoran alrededor de dos meses”, agregó Gernert.

Decisión que se aplica a nivel nacional y que forma parte del Plan de Descontaminación de Temuco y Padre las Casas. Desde el 2005 se ha venido trabajando en esta normativa que recién este año se concretó. “Las personas que están comercializando estufas saben hace mucho tiempo que este momento iba a llegar, se han dado las instancias necesarias para que ellos hicieran todas las gestiones para cambiar sus equipos, por lo tanto no es nada nuevo ni es una sorpresa”, aseguró Daniel Pincheira, director regional de la Superintendencia de Electricidad y Combustible.

Desde la Superintendencia se aclara que las estufas que estén instaladas en los hogares no tienen ningún problema y pueden seguir funcionando, la regulación se aplica sólo al comercio. “Nuestro proceso de fiscalización comprende ir al mercado donde se vende el producto, no es que vamos a revisar una empresa que fabrica, ni como fabrica. No se debe comercializar estufas que no estén certificadas, de ser así se exponen a una fiscalización y multas que van de 0 a 1000 UTM”, añadió Pincheira.

Las autoridades han sido claras que actualmente no hay estufas certificadas en la región, “hasta la fecha no hay estufas certificadas, sino en proceso de certificación; lo que yo le diría a la población es que postergue su decisión de compra hasta que no vea una estufa certificada en el mercado”, agregó Pichunman.

Nuevos calefactores que contarán con un sello oficial aprobado por la Superintendencia de Electricidad y Combustible, que medirá tres ámbitos, emisiones, eficiencia y seguridad. “La gente va a ahorrar dinero porque va a comprar estufas más eficientes, va a cuidar su salud porque estas estufas emiten menos contaminantes y además van a cuidar su patrimonio, porque vamos a tener menos riesgo de incendio, por lo tanto es un salto tecnológico inmenso, un beneficio para todos los consumidores”, concluyó el seremi de Medio Ambiente.