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Existen diversas versiones que dan sentido al 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer. Algunos hablan del incendio en una fábrica textil de Estados Unidos donde murieron más de 100 mujeres, como el inicio de esta conmemoración. Para otros comenzó con la primera huelga de trabajadoras que demandaban mejoras laborales, quienes fueron brutalmente reprimidas. Asimismo, están los que apuntan como puntapié inicial a las Jornadas de reflexión del Partido Socialista donde se promovían el derecho a voto femenino.  

Pese a las discrepancias, todas coinciden en dos aspectos: están situadas a principio del siglo XX y en todas existían demandas de derechos básicos para las mujeres. Cien años después podríamos pensar que esto ha cambiado, que hemos avanzado. Sin duda lo hemos hecho, pero ¿cuánto nos falta? y  ¿hacia dónde quisiéramos llegar? 

En Chile, palabras como empoderamiento, emprendedoras, mujeres, Jefas de Hogar, están hoy en boga, pero poco hablamos de lo que significan para las instituciones que trabajan con estos conceptos. 

En la Zona Sur Austral, que abarca desde Temuco a Chiloé, el modelo de Fondo Esperanza [9] (FE) ha permitido que hoy tengamos más de 13 mil mujeres que participan en Bancos Comunales, las que acceden a nuestro servicio en forma permanente y continua.  

Nuestro desafío se centra en dar oportunidades a otras mujeres que por diversos motivos no tienen redes que las vinculen con estas organizaciones y que por lo tanto carecen de un entramado social virtuoso.  Creemos fehacientemente que avanzamos en un camino de desarrollo con nuestras socias y que al permitírseles a otras mujeres acceder al servicio, podemos avanzar en un Chile más equitativo.

Por Carolina Fontealba

Subgerenta Zona Sur Austral, Fondo Esperanza.