Opinión: Día de la madre, DDHH e hipocresía chilensis

Opinión: Día de la madre, DDHH e hipocresía chilensis

14 Mayo 2014

Esperamos que el próximo día de la madre, además de celebrarlas a ellas, podamos celebrar avances concretos en materia de DDHH de las mujeres.

Casa de la Paz >
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*Por Francisca Casas Cordero: profesional de Fundación Casa de la Paz, es Socióloga de la Pontificia Universidad Católica de Chile

Las madres merecen su día, sin lugar a duda la tremenda tarea de cuidarnos y de enseñarnos las cosas más fundamentales de la vida debe ser celebrada.

Sin embargo me permito ser un poquitito aguafiestas y afirmar que la forma en que es abordada esta celebración en los medios y la publicidad, le hace un flaco favor al cambio cultural en materia de equidad de género y autonomía de la mujer. Me refiero a que en general se realiza una oda a las características maternas de “el sacrificio y la abnegación”, lo que refuerza culturalmente la naturalización de una serie de abusos, que se dan dentro de la familia y la sociedad en general.

Se trata de una celebración hipócrita, porque nos deshacemos en felicitaciones y agasajos, pero ¿Qué tan dispuestos estamos a generar cambios en nuestras conductas y en nuestras políticas públicas para avanzar hacia un trato justo e igualitario que considere adecuadamente la particularidad de mujer y de madre?

A nivel micro, la exaltación de “el sacrificio y la abnegación” como rasgos maternos es la contracara del abuso y la inequidad que encuentran las mujeres en sus propios hogares en la repartición de tareas domésticas e incluso de responsabilidades emocionales dentro del hogar, tanto con sus parejas como con sus hijos. Poniendo un caso típico como ejemplo; Incluso ellas, consideran “normal” que la mamá trabaje más, que, sea ella quien lave los platos aunque además haya cocinado, de modo tal que, con mayor o menor conciencia, se produce un abuso. La mamá finalmente subvenciona los proyectos de todos los miembros de la familia, muchas veces postergando su propio bienestar, desarrollo y salud, que no son en ningún caso menos importantes que los del resto del grupo familiar. Estoy segura que lo hacen con cariño, pero de seguro hay formas más justas de lograr lo mismo.

A nivel macro sucede lo mismo, la mujer, especialmente la dueña de casa, subvenciona a la sociedad entera con un trabajo no reconocido, no asalariado y que a pesar de su enorme importancia, no trae asociado previsión social. Una mujer que ha sido siempre dueña de casa, que se casó con separación de bienes o se unió de hecho, al separarse queda en una situación de completa desprotección, pues no cuenta con jubilación y las dificultades para insertarse tardíamente al mercado laboral son enormes, especialmente para mujeres mayores. El bono por hijo intenta reconocer de alguna forma este trabajo no remunerado, y aunque mejora las cotizaciones con respecto a la situación previa, aun está muy lejos de solucionar los problemas de equidad con respecto a mujeres que han cotizado y con respecto a los hombres. ¿Acaso ellas trabajaron menos? No, simplemente trabajaron de manera no remunerada y el Estado no está reconociendo dicho trabajo.

Tampoco es muy distinta la situación de las mujeres dentro del mundo laboral. La reproducción y el cuidado de los niños es una tarea de interés de la sociedad en su conjunto y por lo tanto la responsabilidad y los costos asociados debiesen ser asumidos por todos. Las políticas públicas vinculadas con el apoyo al cuidado, son en Chile aún muy incipientes y con baja cobertura real. Un avance importante lo constituye la reciente extensión del postnatal, que al menos se acerca al mínimo tiempo recomendado de lactancia materna. Por otra parte, está la ley de sala cunas en los lugares de trabajo que sólo es obligatoria para empresas con 20 o más trabajadoras contratadas; y dada la baja proporción de empresas con esas características, aun el acceso a este derecho es mínimo, a lo que se suma que esta norma genera un desincentivo al empleador para la contratación de mujeres, agudizando la exclusión.

Los ejemplos son muchos, y el ámbito del trabajo/maternidad es sólo uno de los aspectos a mejorar. Así lo afirmó la Comisión de la CEDAW (Convención para la Eliminación de Todas las formas de Discriminación contra las Mujeres) en octubre pasado: Los compromisos internacionales que Chile ha adquirido en la materia, presentan escasos avances en relación a la inserción laboral femenina, equidad salarial y situación previsional de las mujeres.

Tenemos una deuda, tanto dentro de nuestras familias como en materia de políticas públicas. Tal vez el primer paso sea un cambio personal y el segundo, un ejercicio ciudadano consecuente con estas ideas. Esperamos que el próximo día de la madre, además de celebrarlas a ellas, podamos celebrar avances concretos en materia de DDHH de las mujeres.