Tras
cinco años de alimentar gratuitamente a numerosos abuelitos desvalidos,
2 vecinas de Loncoche lograron inaugurar el primer hogar de esa comuna
para personas indigentes o en situación de calle.
En un terreno cedido por la iglesia y gracias al aporte del
empresario José Miguel Martabid, se materializó el sueño de tener un
lugar con todas las comodidades necesarias para proporcionar un refugio
digno, donde ahora los abuelitos están protegidos y bien cuidados
durante las 24 horas del día y los 365 días del año.
“Una autoridad política de aquella época, nos dijo que nuestra
idea era muy buena y nos ofreció los $40 millones que necesitábamos para
levantar un hogar de ancianos, promesa que nunca cumplió”, explica Rosa
Soto, una de las vecinas que voluntariamente asumió el desafío de
levantar este hogar. Dicha desilusión no las hizo bajar los brazos, y
ya teniendo el terreno en comodato, iniciaron una cruzada solidaria que
tuvo amplia acogida entre la comunidad, donde los vecinos no sólo les
colaboraron con dinero y especies, sino también un grupo de maestros de
la construcción se ofreció a construir gratuitamente un albergue para
los ancianos.
Pablo Contreras, de empresas Martabid, explicó que cuando las
encargadas de este hermoso proyecto se acercaron a José Miguel Martabid,
éste de inmediato acogió su propuesta, lo que sumado a que esta empresa
llevaba bastante tiempo construyendo viviendas sociales en Loncoche,
determinó que se comprometiera el apoyo para donar los materiales de
construcción necesarios para transformar el comedor fraterno en un hogar
de ancianos con todas las comodidades necesarias para que los abuelitos
desamparados fueran acogidos como residentes permanentes de este lugar.
“Nosotros aportamos los elementos necesarios para construir un
lugar que permita no sólo almorzar, desarrollar sus actividades diarias y
dormir aquí a estos abuelitos, sino también, que a través de esta obra,
sientan que no están solos y que son queridos por la comunidad”,
expresó el ejecutivo de la Inmobiliaria, conocida por sus acciones de
RSE.
UNA HISTORIA SINGULAR...
Hace cinco años, dos dueñas de casa de Loncoche se impactaron al
ver la realidad de Fernando Venegas, uno de aquellos conocidos
personajes que toda comuna tiene, que por su aspecto desaseado sufre la
indiferencia de los vecinos, como si no existieran.
Don Fernando husmeaba en los tarros de basura de las viviendas,
buscando restos de alimentos para obtener cualquier sobra que le
permitiera comer algo...
Esta escena caló hondo en el corazón de Silvia Vidal y Rosa Soto,
quienes se abocaron a la tarea de conseguir un lugar donde proporcionar
almuerzo diario a este anciano desamparado, que no tenía familia que lo
apoyara y vivía en condiciones infrahumanas, durmiendo en cualquier
lugar de la vía pública.
Fue así como ambas vecinas llegaron a la parroquia local, donde su
idea tuvo inmediata acogida y se les entregó un terreno en comodato en
pleno centro, donde lograron abrir un pequeño comedor fraterno para este
hombre y luego otro que se encontraba viviendo en similares
condiciones.
Hoy, con lágrimas corriendo por sus mejillas, Silvia y Rosa fueron
testigos que gracias al aporte mancomunado de una serie de personas y
organismos, su mayor anhelo se convirtió en una realidad, cuando
diversas autoridades de La Araucanía participaron de la ceremonia donde
se inauguró el nuevo hogar de ancianos “Juan Pablo II”, el cual contó
con la bendición del obispo de La Araucanía.
180 ABUELITOS ESPERAN POR UN HOGAR…
Sara Suazo, coordinadora regional del Servicio Nacional del Adulto
Mayor (Senama), quien también llegó a inaugurar este nuevo hogar de
ancianos, destacó la generosidad de Martabid y la loable iniciativa de
estas dos mujeres de Loncoche, que dedican su vida a atender a los
abuelitos del hogar sin recibir ninguna recompensa monetaria, agregando
que cruzadas de este tipo son un ejemplo para la región, pues en La
Araucanía existen 35 hogares de ancianos y de aquellos, solamente 7
cuentan con todos los permisos sanitarios de funcionamiento, por lo que
los otros 28 funcionan en forma clandestina...
“En nuestra región, son 180 los abuelitos que se encuentran en
lista de espera para ingresar a un hogar de larga estadía, como el que
estamos inaugurando hoy”, sostuvo la directora del Senama, agregando que
desgraciadamente, casos extremos de abandono e indiferencia, como el
del anciano que vivía en situación de calle y que gatilla la idea de
crear este hogar, no son raros en las distintas comunas de La Araucanía.
UNA VIDA DIFERENTE
Hoy, Fernando Venegas tiene 74 años de edad, aquel anciano
vagabundo que despertó el sentimiento altruista de estas dos mujeres de
Loncoche, es, en palabras de ambas mujeres “otra persona”, pues recorre
los pasillos del hogar como un residente más, con ropa limpia, en
perfectas condiciones de salud y totalmente aseado.
Su único pariente reside en Argentina, por lo que Silvia Vidal y
Rosa Soto son su única familia y pretenden cuidarlo hasta el fin de sus
días, lo mismo que a otros siete ancianos que acogieron en el nuevo
hogar, quienes provienen no sólo de Loncoche, sino de distintos puntos
de la provincia y sufrieron el abandono de los suyos, pero ahora
cuentan con personas desinteresadas que procuran su bienestar
satisfaciendo no sólo sus necesidades materiales, sino que también les
rodean de cariño y amor.