La Ciencia y Dios

21 Febrero 2014

A pesar de que aún no se ha demostrado que algunos sucesos ocurridos en la Tierra puedan ser producidos de manera colectiva por el pensar del ser humano, sí se considera que los pensamientos crean campos magnéticos, es decir corrientes energéticas.

Juan Lama Ortega >
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No muchas personas saben de la influencia y efectos del campo magnético de la Tierra sobre los seres humanos, sobre la naturaleza y animales, y que a su vez existe el efecto contrario, es decir, la influencia de las personas sobre los campos de vibración y magnetismo de la Tierra.

Para documentar esta afirmación nos hemos basado en el libro "Origen y formación de las enfermedades", editada por la Editorial Vida Universal: “El ser humano es un cúmulo de energía que, según sea su forma de pensar y actuar, crea sus propios campos de energía, es decir, sus campos magnéticos. Por consiguiente cada ser humano tiene sus campos energéticos y magnéticos de acuerdo a su forma de pensar y actuar. Entre sus campos magnéticos y los campos magnéticos de la Tierra existe una acción recíproca constante: las reacciones de la Tierra se transmiten al ser humano a través de la acción recíproca del ser humano y de la Tierra, de igual modo que la forma de actuar del ser humano se traspasa a la vibración de la Tierra. Lo que el ser humano le hace a la Tierra, al  planeta en que vive, se lo hace a sí mismo, debido a la correlación ser humano-Tierra”.

Decir que el hombre es un cúmulo de energía es fácil de entender. Pero afirmar que cada persona tiene sus propios campos de energía correspondientes a su forma de pensar y de actuar y que entre esos campos magnéticos y los campos magnéticos de la Tierra existe una continua actuación recíproca, puede parecer a priori algo descabellado, sin embargo las ciencias naturales también la física quántica confirman con cada vez más precisión, lo que desde hace casi 40 años el mundo espiritual viene manifestando con detalle a la humanidad. Por ejemplo en la actualidad ya es posible medir técnicamente en el cuerpo humano y en el cerebro campos magnéticos muy finos. La base para ello es que la capacidad de pensar hace que se produzca una alta actividad cerebral, y esta actividad cerebral conlleva a una actividad magnética elevada.

La profecía divina dada en la actualidad a través de Gabriele detalla y desarrolla muchos aspectos de la vida en la Tierra, incluso del mismo planeta Tierra con una profundidad nunca dada. Llegándose a dar afirmaciones que la ciencia confirma y demostrando que Dios y la ciencia no son polos opuestos, ya que lo que la ciencia confirma es sencillamente lo que Dios ha creado.

El Espíritu de Dios manifestó que cada persona desarrolla un campo magnético según sea su manera de pensar y de actuar y la ciencia confirma que la actividad cerebral del ser humano es acompañada por la actividad magnética. El Espíritu de Dios habla de una actuación recíproca entre el campo magnético del ser humano y de la Tierra y la ciencia confirma que en el cerebro humano se encuentran partículas de magnetita, a través de las cuales es posible que el campo magnético terrestre influya sobre el bienestar psíquico y físico de la persona. El Espíritu de Dios dice que esta actuación recíproca también tiene lugar en sentido inverso, y la ciencia ha descubierto que existe como una conciencia global que reacciona sincronizado ante sucesos determinados que mueven al mundo entero, como guerras o atentados terroristas.

A pesar de que aún no se ha demostrado que algunos sucesos ocurridos en la Tierra puedan ser producidos de manera colectiva por el pensar del ser humano, sí que se considera que los pensamientos crean campos magnéticos, es decir corrientes energéticas, que a su vez influyen en la vibración de la Tierra. Al fin y al cabo sería plausible suponer que los pensamientos y las emociones de 7000 millones de personas pueden influir en los sucesos del planeta. Reflexione sobre si el resultado de una guerra no ha sido el cúmulo de millones de pensamientos de odio y enemistad de pueblos enteros.

Aquello que cada uno piensa determina su vida y su entorno. Si queremos una vida mejor y más positiva, más sana y feliz, si queremos hacer el bien al planeta Tierra y a todo lo que vive, tenemos la capacidad para ello, con pensamientos positivos, reconciliantes, sinceros. Este es el mensaje del profeta y de la ciencia.

Radio Santec

Juan Lama Ortega

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