HidroAysén es un atentado a la fe pública

HidroAysén es un atentado a la fe pública

26 Octubre 2012
En el tema de HidroAysén se ha manipulado en forma grosera toda la información para sacar adelante el proyecto y se tiene que tener conciencia de ello en un país como Chile, en que nos vanagloriamos que somos un ejemplo como formato de desarrollo.
Andrés Gillmore... >
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Por Andrés Gillmore, secretario y vocero de Corporación Costa Carrera Aysén-Cuenca del Baker.

Los medios de comunicación informaron a través de El Mercurio y La Tercera que a fin de año se reuniría el consejo de Ministros, para decidir si en definitiva el tema de HidroAysén se concretará o no. Los personeros de gobierno, al parecer, están muy interesados en que se concrete el proyecto, ya que han repetido por todos los medios de prensa que HidroAysén es altamente necesario e imprescindible. Que de no aprobarse nos quedaremos inexorablemente sin energía eléctrica a nivel domiciliario y que sin HidroAysén estaremos dando un pésimo mensaje a las transnacionales que ya no querrán invertir en Chile. Utilizando como siempre la vieja y desgastada estrategia del miedo para presionar la fe pública y justificar el proyecto, sólo por hacer un buen negocio lo que según mi criterio es un claro abuso de poder en el Chile de hoy.

Los personeros de gobierno no han entendido que los tiempos han cambiado, que hoy la información está sobre la mesa y que no podemos aceptar desde el mundo ciudadano, que se maneje de esa forma tan fraudulenta la información.  El Chile de hoy es diferente, entendemos que HidroAysén se proyectó en el Chile del pasado, donde se podían cometer todo tipo de aberraciones medio ambientales y sociales bajo el escudo del crecimiento y del desarrollo, por gobiernos que no daban explicaciones, en un escenario donde la ciudadanía pecaba por ser ingenua y confiada en sus líderes y nadie cuestionaba sus decisiones, pero hoy esa realidad cambió sustancialmente y ya nadie puede pretender, incluso el mismo gobierno, desarrollar proyectos de cualquier índole que sean atentatorios contra la ciudadanía y su calidad de vida y que además estén sustentados por estudios de factibilidad fraudulentos y que se atente contra la verdad, debe haber un cambio en el gobierno ante la nueva realidad social. 

Los proyectos de inversión eléctrica han tenido un crecimiento importante del orden del 21% en el último año y contamos en la actualidad con una inversión real de 213.000 millones de dólares en esta materia. Que en el 2012 la proyección de la inversión es de 20.000 millones de dólares, que es el equivalente a un 8% del Producto General Bruto (PGB).

Es inconcebible que escondan esta información oficial de los proyectos que se están ejecutando, como el que se está construyendo en Bulnes de una generadora a gas de 700 MW, con una inversión de 1300 millones de dólares. Además está en ejecución el Parque Eólico de Endesa en Renaico en la 7 región, que aportará 106 MW. En la localidad de Freirina se está terminando otro Parque Eólico, con un aporte de 240 MW. Todo sumado representa la mitad del aporte que realizaría HidroAysén cuando esté construido. Esta información el gobierno la guarda en la ingenuidad del pasado pretendiendo que pasará desapercibido y que la ciudadanía no se enterará.

Un punto importante de la ecuación y poco se sabe fuera de Aysén, ha sido la manipulación de la información real del proyecto en todo sentido para justificarlo y nada se dice acerca de que fue aprobado de manera ilícita por el SEA Aysén (Servicio de Evaluación Ambiental) al haber aceptado un estudio tan precario que ni siquiera debería haber sido evaluado. En Aysén se le solicitó al gobierno regional en forma oficial en diciembre del 2011 a través de las Municipalidades de Caleta Tortel y de Chile Chico y por las Corporaciones CODESA Y COSTA CARRERA, que se le realice al estudio de impacto ambiental de HidroAysén una auditoria externa, que entregue así las garantías de que se están haciendo las cosas bien y de acuerdo a lo requerido. Lamentablemente no han sido acogidos los pedidos y ese hecho pone de manifiesto que algo anda muy mal, porque la claridad solo debe ser bienvenida ante un tema tan relevante. Lo mismo que ocurre cuando un automovilista se niega a hacerse la al colemia, el juez da por hecho que se encontraba bajo estado de intemperancia. Lo mismo podríamos aplicar en este caso de HidroAysén, al no querer el CORE de Aysén hacerle la auditoria correspondiente.

En Aysén no es primera vez que enfrentamos problemas de esta índole donde han pretendido abusar de la fe pública en la presentación de estudios de impacto ambiental. En el año 1996 Proyectos Aysén S.A. asociados con Noranda y la firma Australiana ACR lo intentaron. Querían instalar una planta de producción de aluminio en la comuna de Puerto Aysén en el lago Yulton. Al proyecto se le llamo ALUMISA y fue presentado en el año 1992. Ellos mismos realizaron al igual que HidroAysén hoy, la confección de su propio estudio de impacto ambiental y pretendieron empezar a funcionar sustentados en ese estudio. Luego al igual que hoy en día con HidroAysén, la desconfianza fue enorme en las comunidades de Aysén y se les presentó una demanda para dilucidar el tema y se pidió una auditoria externa al CORE Aysén, para que se revisara el estudio de impacto ambiental. Pedido que fue aceptado.

Esta auditoria le fue encargada a la Universidad Católica de Santiago, quienes se ganaron la licitación pública, que finalmente paró el proyecto porque comprobaron que lo presentado por ALUMISA en el estudio de impacto ambiental, era información que no estaba de acuerdo a la realidad, que ocultaba las verdaderas repercusiones para los habitantes y las implicancias para al medio ambiente.

Esta auditoria externa al igual como en el caso de ALUMISA realizada en el año 1996, debería efectuársele a HidroAysén y esa experiencia del pasado debería ser un precedente importante para ser aceptado hoy el pedido por el CORE de Aysén, porque entregaría las garantías que hoy no están, igual que entonces y dilucidar así el problema de una vez. El comité evaluador SEA de Aysén que aprobó el estudio de HidroAysén, no tenía las condiciones técnicas mínimas ni profesionales para hacer tal importante evaluación. La comisión estaba compuesta solo por Seremis de gobierno, que no eran expertos en el tema. Además estos Seremis fueron presionados por el gobierno con el pedido de renuncia si es que no aprobaban el proyecto. Tal cual como la corte suprema no aceptó Castilla y paró el proyecto, simplemente porque comprobaron que el Seremi de salud actuó bajo cohecho, al cambiar de contaminante a molesto el proyecto. En Aysén ocurrió lo mismo, solo que fue con todos los Seremis que lo evaluaron. El Seremi de Salud fue el único que tuvo la prestancia de votar en contra. Sustentó su voto aduciendo que el estudio en su área no presentaba los impactos en la salud pública en la comuna Capitán Prat. El Seremi de medio ambiente el más entendido en el tema y que se suponía guiaría a los otros Seremis, un mes antes presentó su renuncia.

Nosotros los que trabajamos en este tema dentro de la coalición y somos miembros de la Coalición por una Patagonia Sin Represas y trabajamos por un Aysén reserva de vida, que agrupa a muchas entidades serias y de prestigio, cuando fue presentado oficialmente el estudio de impacto ambiental por HidroAysén, le hicimos en paralelo una evaluación y de verdad quedamos atónitos al verificar que el estudio era paupérrimo. No tenía la información requerida y exigible a un estudio de estas características. Pensábamos que dentro de las 10 mil páginas que presentó HidroAysén, encontraríamos un estudio profesional y muy bien acabado, que abarcaría todas las instancias posibles de la intervención de la Cuenca del Baker al construirse 5 represas y que además como corresponde, encontraríamos el detalle de los problemas de la intervención social, económica y cultural con las debidas soluciones a esos problemas.

Lo que encontré en la parte que me tocó evaluar en los temas de Turismo y Sociedad, fueron páginas y páginas de detalles irrelevantes para el estudio de la infra estructura de Aysén a nivel de Carreteras, Puentes, Puertos, Aeródromos, etc., información de todas las localidades en sus más mínimos detalles y de sus respectivos emplazamientos, de una información que está en cualquier Biblioteca Pública y como no decirlo, trataron de embolinar la perdiz con un magnífico trabajo antropológico de investigación, dando cuenta del origen de las familias de la comuna Capitán Prat y su colonización, pero que no viene al caso y que no responde a ninguna interrogante y está fuera de contexto totalmente. En el estudio además no aparece nada del detalle técnico del proyecto en si mismo, del lugar geográfico exacto, del emplazamiento de las 5 represas y de lo que significará la intervención para los habitantes de las riberas de los ríos Baker y Pascua y lo que les significará la intervención del proyecto en sus medios de producción.

HidroAysén ha abusado de la ignorancia y del poco conocimiento que se tiene de Aysén y de su realidad y no ha dudado en usarlo como arma estratégica para justificarse, de un hecho que es fácilmente demostrable y reconocible en un ejemplo práctico que les puedo dar. He sido personalmente testigo presencial de varias presentaciones explicativas que dio sobre el tema el vice Pdte ejecutivo de HidroAysén, el señor Daniel Fernández. Una de ellas fue en la Logia Masónica en la que estuve en Santiago. Esa noche de invierno del 2011, el señor Fernández con su singular destreza acostumbrada presentó su Power Point ante tan inminente auditorio lleno de profesionales. Fernández abusando de la confianza de la Logia, presentó un mapa en blanco de toda la Patagonia Chilena incluyendo Magallanes, lo que es faltar a la verdad y pasó desapercibido. Dentro de ese enorme mapa blanco que presentó, aparece un pequeño puntito rojo y con toda la teatralidad posible, informa a la audiencia que el punto rojo son las 5990 que inundaría el proyecto, exponiendo en forma fraudulenta lo poco invasivo del proyecto. Porque parte del presupuesto que en esas 5990 hectáreas no vive nadie y no informa que es la Cuenca del Baker, la cuenca más importante de Chile, donde encontramos las dos masas de agua más grandes del pais, como lo son el río Baker y el lago General Carrera y que además esta cuenca está emplazada la segunda reserva de agua dulce del planeta, los campos de hielo norte y que en esta cuenca viven muchos pobladores desde la colonización de Aysén y que en esta cuenca hay en la actualidad 70 complejos turísticos funcionando y 11 pueblos que se proyectan en el turismo sumando más de 10 mil personas.

HidroAysén es el equivalente a que presentáramos un proyecto de intervención para la Región Metropolitana en Arica y que para justificarlo mostráramos un mapa en blanco de toda la Región Metropolitana y que el puntito rojo mostrara lo que intervendríamos y que nadie supiese que el puntito rojo es la comuna de Vitacura, que dijésemos que en este lugar no vive nadie. Y como si eso fuera poco el señor Fernández en un acto teatral soberbio, informa seriamente a los presentes, sustentado aun en la ingenuidad y la falta de información del auditorio, “que no tienen de que preocuparse, el proyecto no inundará bajo ningún aspecto el Parque Nacional Torres del Paine” que HidroAysén trabajará incansablemente para que eso no ocurra y que todo lo que se ha dicho a ese respecto es infundado y es todo una campaña operada desde el exterior en contra del proyecto. Para los que no lo saben, Torres del Paine queda en la región de Magallanes a cientos de km. al sur de Aysén.

Lo que trato de expresar con pruebas objetivas, es que en el tema de HidroAysén se ha manipulado en forma grosera toda la información para sacar adelante el proyecto y se tiene que tener conciencia de ello en un país como Chile, en que nos vanagloriamos que somos un ejemplo como formato de desarrollo. No podemos permitir este atentado ante la fe pública y destruir sustentados en la ignorancia que una de las regiones más importante medio ambientalmente del planeta sea destruida, simplemente porque un grupo de empresarios coludidos con transnacionales extranjeras, que están quebradas en sus países de origen, quieren salvaguardar sus decaídas arcas a costillas de los chilenos. HidroAysén no debe realizarse porque no es un buen proyecto.