Consejos ¿Cómo superar la muerte de una mascota?

Consejos ¿Cómo superar la muerte de una mascota?

29 Mayo 2013

Más del 90% de los dueños experimentan un trastorno en los hábitos de sueño o tienen  dificultades con su alimentación. Personas que pierden un gato pueden tener una pena más profunda y necesitan un seguimiento mayor que aquellos que pierden a un perro.

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La muerte de una mascota puede ser un acontecimiento profundamente doloroso para las personas que conviven con ella, menos que la muerte de un familiar directo pero más que la de ciertos parientes, explica María José Vélez, Médico Veterinario de Mascotas Online.

Según explica la experta, en un estudio realizado en Gran Bretaña sobre el fallecimiento de una mascota se comprobó que más del 90% de los dueños experimentaron un trastorno en los hábitos de sueño o tenían dificultades con su alimentación, ambos síntomas de depresión clínica. 

Más de la mitad se volvieron absortos y evitaron actividades sociales. Casi el 50% se encontró con dificultades relacionadas con el trabajo, perdiendo entre uno y tres días laborales como resultado de la apatía o del bajo nivel de energía. Incluso hay indicios de que las parejas casadas son más propensas a divorciarse después de la muerte de una mascota en casa.

La investigación sorprendió al mostrar que los individuos que pierden un gato pueden tener una pena más profunda y necesitan un seguimiento mayor que aquellos que pierden a un perro. Esto llevó a inferir a los investigadores a que las personas menos sociables prefieren la compañía de un gato, ya que a diferencia de los perros, estos son mucho más fáciles de criar en un espacio reducido y no es necesario socializar para sacarlos a pasear o buscarles pareja.

El impacto que  genera la muerte de una mascota dependerá de cada persona y de su edad, pero en general, podría afirmarse que hay dos grupos especialmente vulnerables: los ancianos y los niños, explica María José Velez . Los niños pueden estar profundamente abatidos por esta muerte, aunque no se les note.

Para los niños de corta edad, que desde su nacimiento han convivido con un perro o un gato y que suelen ser los que más interactúan con ellos, puede resultar especialmente difícil comprender esta pérdida. Los ancianos también pueden sufrir por este fallecimiento, sobre todo cuando su única compañía es la del animal. 

Reemplazar al animal fallecido con una nueva mascota puede ser una buena medida para recuperarse del golpe, aunque nunca de manera continua a su muerte.

Adquirirla demasiado pronto podría ser contraproducente hay que asegurarse de que está en condiciones de hacerse cargo de un nuevo amigo y que éste estará bien atendido.