1. No uses tu equipo de alta fidelidad.

Ni el equipo de alta fidelidad, ni menos el home theater están diseñados para trabajar a régimen alto, generalmente son equipos preparados para disipar 5 a 10 watts RMS por canal. En el mejor caso, usar altavoces livianos y amplificadores de baja potencia.

El sobre exigir un amplificador resulta generalmente en un severo “Clip” (recorte de la señal, que resulta en distorsión armónica) los componentes se sobrecalientan, la bobina del altavoz se “derriten”. Ni hablar de la fidelidad del sistema, mientras resistan los altavoces.

2. Busca sistemas sencillos, de alto régimen.

El sistema ideal es un combo PA (public address), quizás un amplificador de potencia y dos altavoces. También los hay diseñados para esta ocasión: altavoces, power y mixer todo en 1.

No se requieren más de dos altavoces, de dos vías cada uno: un woofer de 12 pulgadas entregará buenos graves, un woofer de 15, más graves, y así sucesivamente. La bocina se hará cargo generalmente de los medios agudos. Aquí existirán diferencias obvias de calidad, generalmente proporcionales al valor del sistema.

Otra clave, la masa del altavoz potente, la masa del power son generalmente proporcionales a la potencia, debido al tamaño de imanes y transformadores requeridos.Un sistema de 200 a 300 watts RMS, stereo, debiera ser suficiente para atender un recinto para 100 a 300 personas.

El sistema debiera tener algún preamplificador (o mixer), que permita conectar un mini plug stereo (por ejemplo para el teléfono o el notebook) y nivelar la salida. En el mejor caso, algunos sistemas incluyen entrada USB.

3. Las especificaciones no dicen mucho.

Existe escasa regulación en el manejo de la especificación de potencia de los fabricantes: para alta fidelidad, bien puedes encontrar un sistema que especifica 1000 Watts, cuando en realidad entrega 20. Aquí se juega con valores, promedio, peak, sumatoria de vías, valores pmpo, entre otros.

La especificación más confiable es el watt RMS (root mean square, potencia máxima dividida por raíz de 2) y debe existir cierta consistencia entre la potencia que entrega el power y la potencia capaz de disipar un altavoz. Idealmente, este último debe estar en condiciones de soportar hasta 4 veces la potencia RMS del power (en condiciones extremas, valores instantáneos).

4. Ubicación de los altavoces.

Aquí conviene cuidar tres aspectos: cobertura, eficiencia y seguridad. Para el primero, buscaremos cubrir la zona de baile, considerando estereofonía, tal como si tuviésemos que iluminar un patio con dos focos.  En términos de eficiencia, es recomendable buscar altura, y la proximidad de paredes y esquinas: si los altavoces están en el suelo, los asistentes actuarán como absortores, reduciendo la eficiencia del sistema, si buscamos esquinas, podemos multiplicar la eficiencia del altavoz. Finalmente, es bueno alejar los altavoces de los asistentes, debido a que mal paso de baile o un vaso derramado pueden destruir un parlante.

5. Cuida la salud de los asistentes.

No obstante lo anterior, se deben cuidar dos aspectos fundamentales para la seguridad de los asistentes. Por ejemplo, cuando se levanta los altavoces, debe garantizarse condiciones mínimas de seguridad y estabilidad. Prefiera el uso de atriles diseñados para ese efecto, con sus respectivas certificaciones. En su defecto, conviene elegir ubicaciones estables y fuera del alcance de asistentes.

Finalmente, el tiempo de exposición segura a niveles de ruido es proporcional precisamente al nivel de presión ponderada. El oído sufrirá daños permanentes si es expuesto a más de 85 dBA por un periodo de 8 horas continuo. Una regla sencilla indica que para cada aumento de 3 dB, se reduce el periodo seguro por la mitad, luego, en 100 
dBA el tiempo de exposición máxima es de 15 mn.

El problema radica en el hecho que un concierto masivo, una fiesta pública, e incluso una fiesta particular supera habitualmente los 100 dBA continuos.Cuida tus oídos y los de tus invitados.

6. Ante la duda, delega.

Para grandes ocasiones, bien vale recurrir a servicios profesionales. la mayoría de las PYMES del área de la sonorización brindan calidad, seguridad y servicio, a precios moderados.