Columna de Opinión: Amamantar, un acto de amor incondicional

12 Agosto 2011

Por Soledad González Brand, Directora Regional de Servicio Nacional de la Mujer, Sernam.

Barbara Eytel >
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Medios de prensa regionales han informado sobre el inédito caso de una tía que amamanta a su sobrina. Ana María, la mujer de la noticia, cuenta como al fallecer su hermana por complicaciones después de un parto prematuro, se hizo cargo de sus tres pequeños sobrinos, incluida la menor de dos meses de vida a quien le está entregando el regalo más grande que puede entregarle una madre a sus hijos: la leche materna.

En la semana de la lactancia materna se ha hablado de la importancia de esta condición biológica que conlleva la maternidad, se han relevado todos los beneficios que entrega una adecuada lactancia y apego para el desarrollo integral de las niñas y niños, no sólo por el valor nutricional de la leche materna, la prevención de enfermedades en los bebés menores de un año, la adecuada estimulación psicomotora del niño, sino también por las consecuencias positivas del apego materno en torno a lograr el día de mañana personas mentalmente sanas, resilentes y que manejen de buena forma los estresores que existen en el ecosistema en que se desenvuelven.

Aún así creo que debemos reconocer y destacar que el  amamantar a una hija o hijo puede ser probablemente el acto más sublime de entrega absoluta, generosa y desinteresada que hagamos a otro ser. Las mujeres somos capaces de generar el único alimento perfecto que requiere un ser humano en sus primeros meses para vivir y desarrollarse, además de crear una conexión vital que hace que nuestros cuerpos funcionen en sincronía con las necesidades de nuestros hijos: los pechos se llenarán de leche en el instante en que el bebé tenga hambre, su sonrisa de satisfacción y agradecimiento al recibir el alimento de la madre será aquello que ilumine nuestros días.

Hoy quisiera quedarme con esto último y destacar el actuar de Ana María, quien nos ha demostrado a todos que más allá de una condición biológica y de los beneficios que trae consigo la lactancia materna, el amamantar no es sino otra cosa que un acto de amor incondicional.