Ley Longueira: La Teoría de la caja con pelotas de Ping Pong

Ley Longueira: La Teoría de la caja con pelotas de Ping Pong

18 Diciembre 2013

Estaremos atentos para que las promesas se cumplan y  para que el Congreso actúe a favor de los intereses de todos los chilenos y no de un grupo de privilegiados. De lo contrario, nos haremos escuchar.

Nelson Estrada >
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Esta vieja historia nos relata que en un cajón con muchas pelotas de ping-pong,  cuando se deja caer una a gran velocidad, el resto que está inmóvil, de una forma u otra va a moverse.Comento esto para referirme a lo que está ocurriendo con la fatídica Ley Longueira (Ley de Pesca).  

En un lado de la grave crisis, estamos los pescadores artesanales de Chile. En el otro los industriales (Siete familias).  Se lanza una pelota al cajón y se dice: todos fuimos escuchados en el estudio de la ley de pesca, como si eso bastara. Claro que pudimos hacernos escuchar en medio de constantes protestas  y gritos desde todas las regiones. De ahí a que se nos haya tomado en consideración, hay un mar de distancia. Fuimos los grandes perdedores, despojados del  presente y futuro del sostén de nuestras generaciones. Se nos ha sacado de las lanchas el pescado fruto de nuestro sudor.

Felizmente estamos cercanos a un cambio de la dirección del viento y tras este fin de semana, estamos seguros que se respetará la palabra empeñada y comprometida en todos los términos por la aún candidata Bachelet. En su programa podemos leer “uno de los temas que abordaremos con fuerza, es asegurar un tratamiento sustentable de los recursos pesqueros, dado que pertenece a todas las chilena y chilenos, presentes y futuros”. Eso es así, el mar es de todos los que vivimos en esta nación.

Aquí hay que destacar una cifra de terror, de 33 pesquerías (especies explotadas) informadas por la propia Subsecretaría de Pesca, tres están en estado de colapso, diez sobre explotadas y cinco sin mayor información. Así las cosas, el cambio de dirección nos hace ver con renovadas esperanzas nuestro futuro. Con las cifras que he comentado, queda claro que ha habido un pésimo manejo de la antigua y nueva ley de pesca. En la anterior por ignorancia, no se respetaron los volúmenes de la biomasa, en la actual y por presión de los industriales se continúa la depredación organizada de nuestro mar. En los dos casos hay responsables, por omisión en el primero, por ambición en el segundo.

Se nos mete en la misma lancha de los industriales, la nuestra es de doce o quince metros, la otra es un barco  que arrasa el mar en los niveles de Demersales y Pelágicos (diferentes profundidades de agua) que envasa y exporta harina de pescado.  

Por ejemplo, los artesanales que trabajamos en la macro zona (desde la quinta a la décima regiones) proporcionamos trabajo a más de 6.000 personas. Las embarcaciones industriales trabajando un solo día con 25 barcos, logran capturar 30.000 toneladas, los artesanales para acercarnos a esos números, tenemos que considerar la cuota total del año en dos regiones, la novena y decimoquinta.

No me digan entonces que se nos escuchó, porque si  así hubiese sido no tendríamos estas cifras de espanto. No voy a comentar más números, estas son cifras que se pueden acomodar según el interés de las siete familias y el de parlamentarios que apoyaron (por mezquinos intereses) la ley de pesca.

Aunque parezca poco original voy a citar lo mismo que dije antes, “felizmente este domingo cambian los vientos para los pescadores artesanales”.  

En el programa de Michelle Bachelet se señala lo siguiente “en el ámbito de la pesca debemos velar porque los instrumentos legales cautelen los intereses y demandas de todos los sectores, con una preocupación especial por los más vulnerables. Por esto, realizaremos una evaluación de la actual Ley de Pesca aprobada durante la actual administración”.

Los pescadores artesanales sabemos esto de empeñar y respetar la palabra comprometida y es por eso que al igual que la caja con pelotas de ping-pong, la hemos acogido con la esperanza que su impacto repercuta en todos nosotros, para bien de un pueblo y no el de siete familias.

En esta tarea, como lo hemos hecho hasta ahora, estaremos atentos para que las promesas se cumplan y  para que el Congreso -cuando sea necesario- actúe a favor de los intereses de todos los chilenos y no de un grupo de privilegiados. De lo contrario, nos haremos escuchar.