[Lectura voraz] Las relaciones entre EEUU y América Latina: Desafiando la hegemonía norteamericana

[Lectura voraz] Las relaciones entre EEUU y América Latina: Desafiando la hegemonía norteamericana

21 Enero 2019

Joseph S. Tulchin describe la aparición de la capacidad de gestión exterior en el siglo XIX y el surgimiento de la hegemonía de EE.UU. a finales del XIX y principios del siglo XX.

Daniel Carrillo... >
authenticated user Corresponsal Corresponsal Invitado

¿De dónde viene ese espíritu de superioridad que históricamente los líderes estadounidenses han exhibido frente a sus pares latinoamericanos? Si atendemos al análisis de Joseph S. Tulchin, Ph.D. en Historia de Harvard y ex director del Programa Latinoamericano del Wilson Center, un elemento clave en donde radicaría el origen de esta “arrogancia” es la propia democracia. Esto, dado que los padres fundadores de Estados Unidos desde un principio quisieron asegurarse de que se les distinguiera de los regímenes monárquicos y autoritarios de Europa a través de procesos democráticos. Lo anterior contrastaría con la escasa o nula preocupación de los próceres de Latinoamérica en relación a la legitimidad del proceso político detrás de su poder y sus decisiones.

Así lo destaca el autor en “Las relaciones entre Estados Unidos y América Latina. Desafiando la hegemonía norteamericana” (FCE, 2018; 360 pp.), libro que bajo una interesante perspectiva histórica permite echar luz sobre las dinámicas recientes entre el gigante del norte y sus vecinos al sur del Río Grande.

Para Tulchin, tanto los líderes de Chile, Argentina y Brasil mostraron en el siglo XIX una arrogancia similar a la de EE.UU., pero basada en lineamientos positivistas europeos que apelaban a una supuesta superioridad cultural y racial.

Yendo al foco del libro, Tulchin presenta una narración histórica necesaria para describir la aparición de la capacidad de gestión exterior en el siglo XIX y el surgimiento de la hegemonía de EE.UU. a finales del XIX y principios del siglo XX. Así, el autor busca evidencias históricas de la existencia de una agency  o voluntad estratégica, recurriendo a libros o registros gubernamentales, dejando de manifiesto que cualquier nación tiene una identidad  en el sistema internacional y que la puede ejercer a través de una amplia gama de instrumentos, incluyendo lo que actualmente se entiende por poder blando, valores o influencias.

Tulchin concluye que la única diferencia relevante entre América Latina y EE.UU en sus aproximaciones al mundo, tiene que ver con la falta relativa de gestión internacional estratégica durante tanto tiempo después de la independencia. De esta forma, la ausencia de agency en América Latina y el proceso por el cual esta crece y se desarrolla en diferentes países es el hilo conductor del libro.

El contexto sobre el que se construye este relato arroja una carencia de documentos sobre política exterior de América Latina previos a la Guerra Fría, en tanto que los trabajos que existen de las relaciones entre EE.UU. y Latinoamérica están escritos desde una perspectiva norteamericana. Al contrario, los pocos libros de autores latinoamericanos preocupados de las relaciones interamericanas en los siglos XIX y XX fueron fundamentalmente diatribas antiestadounidenses. Aquí destaca, por ejemplo, Las venas abiertas de América Latina, de Eduardo Galeano, obra de la que su propio autor renegó poco antes de morir, en 2015.

En cuanto al concepto y los alcances de la hegemonía, Tulchin huye del determinismo y es claro: al estudiarla no debe olvidarse que ella no estaba desde el principio ni nunca ha sido absoluta, por tanto siempre deja un margen de maniobra. Así las cosas, una clave de estudio que se aborda en el libro es entender la percepción de la hegemonía en América Latina y la conciencia entre sus responsables políticos respecto a cuál era su margen de acción, es decir, pensar qué espacio creían tener en el sistema internacional los líderes continentales.