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05 Agosto 2007

¿Es justo estar en una lista de deudores morosos y no poder conseguir trabajo par salir de ello?

Lorena Furrianca >

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Revisando la prensa , me encuentro con una denuncia publicada en un diario chileno, donde un conductor reclama o más bien denuncia que por una deuda de tres mil pesos lo pasaron a Dicom. Luego, en otro medio, leo que nadie que tenga deuda en los servicios básicos, entiéndase agua, luz, gas y telefonía, puede ser pasado a Dicom, ello tras los reclamos airados de usuarios de la empresa de telefonía Claro y que terminaron en una demanda contra la transnacional.

Está claro que el que no llora no come, o sea sí usted se queda callado, nadie podrá resolver la duda o problema que lo aqueja. Y eso se ve a diario no sólo en esta ciudad, sino que en muchas otras del país.

¿Cuántas personas están todavía cesantes porque el famoso DICOM le impide trabajar?¿Cuántas personas se enferman, deprimen , o en el peor de los casos se suicidan agobiados por los compromisos financieros?

Usted me dirá : Bueno para qué se encalillan, para que contraen deudas que después no pagan. Pues habría que ser un psicólogo reputado o antropólogo(que se yo)para dar una respuesta a tamaña interrogante. Lo que sí escierto es que aquel que esté libre de deudas que lance la primera moneda o el primer billete. moneda

Pero una cosa es el deber algo, y la otra es que , simplemente, te condenen de por vida a ir arrastrando una mochila que crece y crece con los intereses, por las deudas impagas, y sólo porque tus antecedentes dicen que están en el registro de clientes morosos, o DICOM. ¿Acaso eso es justo?

Nadie nunca sabe las razones ciertas por las que se dejó de pagar el crédito o la cuenta en la gran tienda. Puede ser que te hayas enfermado, que te despidieron o simplemente el sueldo no te alcanzó porque tuviste que enfrentar algún tipo de emergencia. En fin, a pesar de la razones , igual te quiebran la posibilidad de enmendarte.

Entonces todo es un círculo: No puedes trabajar porque tienes deudas. Y si no tienes trabajo mas deudas tienes. Entonces quién el pone el cascabel al gato.

Es cierto que los parlamentarios algo han avanzado, pero eso no se condice con la velocidad a la que crecen las deudas. Pero sabe que es lo peor, que muchas de estas deudas son INJUSTAS. Porque como los grandes consorcios se saben las leyes al revés y al derecho, siempre tienen algún tipo de pillería en los contratos. La famosa letra chica. Y cuando uno menos se los espera, van y nos sacan las plumas. Y en vez de cacarear, nos quedamos callados.

No pues, las cosas a sí no se solucionan. Uno tiene que alzar la voz y decir Esto es injusto, exijo una explicación. No importa que más de alguien nos trate de ignorante o nos diga que esta batalla esta pérdida. Uno nunca debe rendir su honor y bajar la cabeza sin preguntar el porqué y defender sus derechos.

En defensa del Consumidor

En Chile tenemos una Ley sobre los Derechos de los Consumidores, que entre otras cosas señala el respeto a la garantía del producto; la devolución de éste o el dinero si se vende con desperfecto o daño ; a que te cobren lo que dice la oferta o el precio; que los interés estén claro y especificados; que puedes demandar y exigir el cumplimiento del contrato, en fin , muchos aspectos, que ahora serían largo de enumerar.

También tenemos una institución el SERNAC y las oficinas de derechos de los consumidores que funcionan o deberían estar en todas las municipalidades, o sea tenemos garantías para hacer valer nuestro derecho a consumir.

Nosotros y me incluyo, nos caracterizamos sólo por reclamar dinero

cuando nos pisan muy pero muy fuerte, y a veces a esa altura , ya no hay remedio. Entonces la opción es clara hay que informarse, hay que recurrir a los organismos dispuestos para resguardar nuestras libertades, para que nos metan el dedo en la boca.

En otros países existen movimientos de consumidores tan fuertes que cuando un producto daña el medioambiente o no brinda el servicio que dice hacer, pues las personas dejan de comprarlo o adquirirlo. También ocurre con campañas que atentan contra la dignidad de las personas y de los animales.

La gente se moviliza, no se paraliza. Y en nuestro país hay muchos motivos para reclamar. O acaso no molesta estar en Dicom porque se atrasó en el pago del agua, gas, luz o telefonía. Es hora de revisar nuestras acciones y ver que clase de cultura del consumidor estamos construyendo.

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