Es casi normal ver en los supermercados, en la calle repartiendo propaganda, o en la noche , en las esquinas, a niños y niñas, que no superan los 18 años de edad, tratando de ganar dinero.

¿Qué está ocurriendo en nuestro país, y en nuestra región, para que tengamos a menores de edad llevando el sustento a su hogar? Pues bien, lo que está pasando es que esos chicos o chicas, están viviendo en la pobreza, y deben salir a ganar unas pocas monedas para ayudar en la mantención de su hogar.

De acuerdo a los datos entregados por la encuesta Casen 2006, casi 200 mil niños y adolescentes de 5 a 17 años de edad, trabajan. La gran mayoría lo hace bajo condiciones que ningún adulto aceptaría, como trabajar en turnos que exceden las 8 horas, o bien, con horarios que le impiden asistir a clases.

Esta situación más que irregular, es inaceptable. Toda vez que en Chile, la Ley establece condiciones para la empleabilidad de menores de edad y el cumplimiento de la obligación escolar.

El Código del Trabajo señala una serie de normas para el ingreso al mundo laboral de los menores de 18 años y mayores de 15 años. Éstos podrán celebrar un contrato de trabajo siempre y cuando, cuenten con la autorización expresa de sus padres o tutores legales. Asimismo deberán realizar trabajos ligeros, que no los afecten física ni emocionalmente. Además que sí están estudiando, las labores no deben impedir que asistan a clases.


Junto con todo ello, la norma indica que no podrán trabajar por más de 30 horas semanales mientras están estudiando y que los turnos no deben exceder las 8 horas diarias.

Hasta allí todo se ve bien, por lo menos en el papel

Pero, ¿seremos lo suficientemente justos y correctos cómo para cumplir la ley? ¿Los empresarios dejarán de utilizar a los niños y niñas como mano de obra barata? ¿Cómo padres, resguardaremos los derechos de nuestros hijos e hijas, frente a un mercado laboral, que necesita carne fresca para producir, sin parar?

¿Cómo región, seremos capaces de derrotar la pobreza, que aún mantiene a 3 de cada diez hogares, en el límite de los derechos sociales? ¿Terminaremos, de una vez por todas, con los trabajos pesados y peligrosos, que hoy hacen nuestros niños y niñas, para tener recursos económicos.?

Actualmente nuestro país tiene un 13,7 % de pobreza. Cifra que sube casi al 21%, cuando se considera a los niños y adolescentes. Por eso, y porque la torta no se reparte igual para todos, es que tenemos que cambiar la mirada y ver con los ojos del futuro, una realidad que golpea bastante duro, y que es la miseria en la que viven mas de 200 mil niños y niñas.

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FLICKR/Memo Vásquez