1º de Noviembre: Día de Todos Los Santos, En Chile se visitan los cementerios

1º de Noviembre: Día de Todos Los Santos, En Chile se visitan los cementerios

01 Noviembre 2010
En el “Día de Todos los Santos” millones de personas se acercan cada año de una forma “especial” a la muerte a través del recuerdo de sus seres queridos ya fallecidos. Por Juan Alberto Lama
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En el “Día de Todos los Santos” millones de personas se acercan cada año de una forma “especial” a la muerte a través del recuerdo de sus seres queridos ya fallecidos. Pero, ¿acaso nos sirve esto para reflexionar de forma seria y consecuente sobre la muerte?.
En el libro “Las grandes enseñanzas cósmicas de Jesús de Nazaret a Sus apóstoles y discípulos que podrían captarlas”, se lee al respecto: “Una y otra vez os oigo hablar de la muerte. ¿Qué es para vosotros la muerte? Para muchos es el final. Pero la muerte no es otra cosa que el paso a otra forma de existencia, en la que vivís de igual modo a como habéis sido siendo seres humanos. La muerte no tomará nada de vosotros, tampoco os dará nada. El alma que abandona el cuerpo es la misma que estaba en el hombre y que el hombre reflejó. Tras la muerte física, por tanto, no alcanzáis la resurrección”.
Se podría decir que el alma es la misma después de la muerte y sin embargo es una extraña para sí misma, porque como seres humanos en realidad no nos conocemos a nosotros mismos, es decir no nos hemos reconocido. Pero esto es en definitiva un problema de nuestro tiempo, porque las personas simplemente vivimos en su mayoría en una inercia que deja pasar los días sin reconocernos en ellos. Hablamos y hablamos, pensamos y pensamos, actuamos y actuamos y nos preguntamos muy poco qué hay realmente tras nuestras palabras, tras nuestros pensamientos y tras nuestra forma de comportarnos. ¿No suele pasar a menudo que al estar resentidos o envidiosos solemos disimular y tapar lo negativo que hay en nosotros con palabras y obras bonitas? Sin embargo todo lo que tapamos lo grabamos en el alma y esta grabación es la que se lleva nuestra alma al Más Allá después de la llamada muerte. Sí esto no lo hemos analizado y cuestionado con sinceridad durante vida, tras la muerte seremos unos extraños para nosotros mismos. Seremos forasteros de nosotros mismos en los ámbitos intermedios en los que el alma quiere avanzar para regresar a su origen espiritual, al hogar eterno divino. Y en ese estado no es fácil de encontrar ese camino.
¿Qué es lo que realmente nos llevamos al Más allá? Aquello que hemos impregnado en nuestra alma. Y justamente eso que nos impregna, es lo decisivo para cada uno de nosotros. Es decir, que todo aquello que realmente fuimos como ser humano, no en apariencia sino en la realidad de nuestras intenciones y trasfondos, eso es lo que realmente impregna al alma, porque todo es energía, y también lo son nuestras sensaciones, intenciones reales y pensamientos.
Por la física sabemos que ninguna energía se pierde, tampoco el contenido de nuestros pensamientos, sentimientos, palabras y obras, o sea todo nuestro comportamiento queda grabado energéticamente. Por un lado en nuestro consciente, es decir en nuestra capacidad de recordar conscientemente los sucesos del día, por otro lado, también en nuestro subconsciente, que se escapa al acceso directo del intelecto y en tercer lugar, y esto es especialmente importante, estas energías también quedan grabadas en las llamadas partículas del alma, que nos las podemos imaginar como las celdillas de un panal de abejas de una colmena.
Si hay una certeza real en la vida, es que cada uno de nosotros un día morirá, por ello merece la pena prepararse para poder pasar al Más allá habiendo aprovechado la vida, pues la única muerte real, incluso en vida, es aquella oscuridad del alma que apenas se ha ocupado de Dios, de Cristo y sobre todo de los Mandamientos de Dios y de las enseñanzas de Jesús de Nazaret, y en caso haberlo hecho, como mucho solo ha hablado de ello, pero apenas los ha puesto en práctica.
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-radiobiobio.cl
Vida Universal
Juan Lama Ortega
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