¿Puede un niño deprimirse?

¿Puede un niño deprimirse?

30 Agosto 2010
Uno de los artículos del NYTimes más compartidos por email en los últimos días se concentra en la depresión en los niños. Las descripciones del tratamiento rompen el corazón.
Equipo La oPiñón >
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A quienes desconfían de la sicología, la sola insinuación de la depresión en niños puede irritarlos. Desgraciadamente, los expertos claman que la enfermedad es real, y que también puede presentarse en niños menores de 6 años.
El afamado New York Times publicó el Viernes 27 un profundo reportaje sobre la depresión en niños preescolares, dando pie a un interesante debate en internet.
Pamela Paul escribe en la New York Times Magazine lo que fue su experiencia compartiendo con mamás cuyos hijos estaban deprimidos. En la terapia presenciada por Pamela Paul, las madres e hijos eran inducidos a situaciones de culpa, y trabajaban sus problemas desde ahí.
A modo de muestra, la autora presenta la interacción entre un pequeño niño y su madre (guardándose la identidad de las fuentes para cuidar su privacidad). La sicóloga a cargo le entregó al niño una taza que estaba hecha para romperse al ser tomada por el chico:
“El chico negó con la cabeza a punto de llorar. ´Siento como si me fuera al tarro de la basura´, dijo.
´¿Quién te pondría en el tarro de la basura?´, preguntó su madre.
´Tú lo harías´, contestó él en tono acusatorio.
´Yo jamás haría eso´, contestó ella. ´Yo te amo. Los accidentes ocurren.´
El niño pareció recuperarse, luego hablaron sobre los aretes de ella, quien los agitaba con su dedo índice. Luego el niño miró al suelo otra vez, ´¿estás enojada conmigo?´, preguntó él, y luego agregó, en tono enojado, ´nunca quiero volver a participar en esta actividad´.
´No eres un chico malo´, lo consoló ella.
´Sí lo soy´, contestó él, escondiéndose bajo la mesa. ´No creo que ahora me quieras´. Comenzó a quejarse en el suelo, murmurando: ´Estoy tan triste. Tan triste.´”
Quizás lo más preocupante sea que los doctores no llegan a consenso respecto a qué hacer ante una situación. Existe el riesgo de sobremedicarlos y de poner sobre ellos una etiqueta muy pesada, siendo los pre-escolares tan difíciles de diagnosticar. Como explica Paul, “Los pre-escolares no sólo carecen de la sofisticación lingüística para describir lo que sienten, sino que además son personas que aún están aprendiendo qué es lo que son las emociones”. ¿Cómo ayudar a niños que son tan pequeños que apenas entienden lo que es un sentimiento?
Parece ser que una respuesta es incluir a los padres en las terapias, pero sin culparlos de lo que ocurre. Si bien es cierto que un padre depresivo puede influencias a su hijo, también es cierto que hay mucho niños deprimidos que cuentan con padres preocupados y amorosos, como bien reporta el artículo. Además, los padres pueden convertirse en actores fundamentales del proceso de sanación de los chicos: “Las terapias para pre-escolares depresivos debieran siempre involucrar a sus tutores. No porque el tutor sea un elemento negativo, si no que por su rol esencial en el aparato sicológico del niño. EL niño no es una persona independiente a esta edad”, declara el doctor Luby en el artículo original.
Lo importante es tener la entereza para reconocer un problema de este tipo en nuestros niños. La depresión en pre-escolares, según el artículo, puede ocasionar serios problemas en la adultez si no es tratada. Uno de los argumentos más fuertes para promover el diagnóstico temprano es que, aún cuando el niño tenga predisposición genética a la enfermedad, ésta no se ha “cimentado”. El diagnóstico temprano, una vez más, parece ser el mejor anticuerpo para enfermedades que, una vez desarrolladas, son fatalmente difíciles de tratar.

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