Senado lleva más de dos meses discutiendo sanciones para delitos de colusión

EL GRAN PRESTIDIGITADOR...

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Claudio Rivera Canihuante

Abogado Regionalista

Los magos y prestidigitadores hacen sus trucos frente a todos los espectadores y logran engañarnos porque siempre miramos hacia el lado donde no se produce el truco. Siempre nos muestran la mano limpia, el brazo pleno, la caja vacía y nosotros miramos eso. El gran prestidigitador del modelo neoliberal dispone por una parte de la burocracia del gobierno de la Concertación y por la otra de la capacidad empresarial de la Alianza.

Entre ambos controlan total y absolutamente la prensa radio y televisión.. Esto permite a los gobernantes y empresarios elegir los temas que aparecerán en las noticias y quienes hablarán sobre ellos.

Así los chilenos comenzamos a hablar de aquello que aparece en los titulares de los medios y pensamos que eso es lo importante. Esa es la razón por la cual terminamos siempre tan confundidos. ¿Porqué si todo va tan bien, la mayoría de los chilenos la pasa tan mal? ¿Por qué hablamos de algunos problemas y no de otros que pudieran ser más importantes? ¿Porqué siempre se habla de problemas que afectan a los chicos y no de las actuaciones de las grandes compañías?

¿Porqué el problema ético de Chile solamente es la distribución de la píldora del día después?. ¿No habrá un problema ético en que cientos de miles de niños chilenos que ya tienen más de diez años nunca aprenderán a leer en condiciones aceptables, y quedarán lesionados definitivamente en su proceso educacional y de posterior integración social?. ¿No habrá un problema ético o una colusión en que todos los bancos comerciales presten o renueven los créditos a sus clientes a 20 o 30 veces el interés que les cobra el Banco Central por el dinero, condenando a la pobreza a millones de chilenos y destruyendo la pequeña y mediana empresa?. ¿No convendría cuestionarse éticamente acerca de la licitud que las retroexcavadoras arrasen cementerios mapuches y eliminen el bosque originario en nombre de inversiones rentables, sin respeto alguno por las comunidades locales?. Hay también un problema ético en que los servicios de agua, electricidad, teléfono estén en manos de mega empresas frente a las cuales los usuarios y clientes no tienen ninguna posibilidad de enfrentarlas y deben someterse a sus precios y condiciones.

¿No sería conveniente debatir el problema ético cuando ministros y funcionarios del régimen pasen a desempeñarse como directores y lobbystas de las empresas que fiscalizaban?. ¿No habrá también un problema ético en que las grandes empresas puedan depredar a las pequeñas y medianas empresas sometiéndolas a condiciones que las hacen inviables generando cesantía y pobreza?

¿No habrá algún problema ético en guardar silencio cómplice al permitir la explotación depredadora de nuestras riquezas naturales, o la concesión de explotaciones mineras que afectan gravemente el medioambiente?, o en los innumerables proyectos que alteran la ecología dañando gravemente las condiciones de vida de las comunidades locales.

La discusión acerca de la delincuencia, puede ser argumentada desde distintos puntos de vista, sin embargo hay algo que es evidente. En Chile sería necesario duplicar o triplicar las cárceles para internar nuestros delincuentes. Tal vez la reflexión ética debiera orientarse a cómo evitar el crecimiento de la delincuencia en lugar de verlo como un negocio a licitar o de someter con mayor o menor trámite a seres humanos a condiciones inhumanas.

Por cierto el problema de la píldora del día después es importante, pero evidentemente hay también otros problemas que debieran motivar a los parlamentarios y autoridades de gobierno a presentar proyectos de ley, con sus respectivas cuñas televisivas y fotografías. Difícilmente la Alianza y el Gobierno de la Concertación van a enfrentar los abusos de las mega empresas; las utilidades de los bancos a costa de los chilenos, y a las grandes cadenas informativas; porque sus intereses están coludidos para la mantención del actual sistema económico, y se sienten en la obligación de ocultar sus consecuencias.

El sistema se defiende mostrando cifras, estadísticas, encuestas y resultados económicos. Nos muestra los mejores enfoques de la realidad nacional; pero nosotros sabemos que hay algo que está mal. La delincuencia y la inseguridad, la corrupción, la falta de participación y compromiso ciudadano, el individualismo grosero, los estallidos sociales, la paralización de los servicios públicos, la inequidad, las diferencias en la educación, en la salud, en la previsión y en general el estilo de vida esforzado y competitivo con escasas posibilidades de un desarrollo integral de la persona humana, son síntomas graves de un proceso de descomposición social

En todo caso el gran prestidigitador ha sido eficiente. Una gran parte de los chilenos nos esforzamos por encontrar el truco en la caja vacía que nos muestran los titulares y el otro grupo abandonó la sala y no quiere saber nada con la política.

Simplemente no cree que pueda hacerse algo. Es por ello que debe iniciarse algo nuevo, que nazca desde las bases; desde las poblaciones y comunidades, desde las organizaciones estudiantiles, desde las organizaciones laborales y gremiales, en que los chilenos y chilenas comiencen a organizarse, a participar, a utilizar sus medios de comunicación para que la verdad sea conocida.

La delincuencia, la desigualdad social, la inequidad, los problemas de la educación, de salud, de previsión no pueden resolverse por leyes o decretos, por muy inteligentes que ellos sean. Nuestros problemas solo pueden resolverse en la medida que los visualicemos como tal y seamos capaces de organizarnos como usuarios, asociados, agremiados, comunidades o como Nación para abordar los caminos de solución. Ninguno de los problemas sociales puede resolverse sin la participación activa de los interesados y las políticas asistencialistas poco o nada pueden aminorar las graves consecuencias del sistema económico.

Tal vez el problema más grande sea precisamente la falta de participación ciudadana Es por ello que nuestra convocatoria es a participar, a recuperar la democracia, a creer en nuestro pueblo, a respetarnos recíprocamente, a decirnos la verdad, a ser sujetos de nuestro destino. El gran prestidigitador, solo puede impresionar con sus trucos en la medida en que los espectadores solo miran. Si los espectadores suben al escenario todos los trucos quedan al descubierto

COMO PODRAN DARSE CUENTA, estamos tratando de pagar nuestras culpas...ya que nosotros estamos todos coludidos...